Argentinos salen a veranear en playas de países limítrofes, paraísos soñados para sus bolsillos
Varias argentinas, de compras en un centro comercial durante sus vacaciones en Renaca, en Viña del Mar, Chile, el 30 de enero de 2025. (AP Foto/Esteban Félix)
VIÑA DEL MAR, Chile (AP) — Es un día de verano en Chile y las playas de Viña del Mar, Concón y Reñaca están abarrotadas de veraneantes que comparten infusiones de mate y juegan a la pelota. Otros pululan en los centros comerciales de la costa y de la capital, algunos ataviados con camisetas con el nombre de Lionel Messi, portando bolsas repletas de ropa, videojuegos y teléfonos móviles. Son una oleada de argentinos que han elegido Chile como el paraíso soñado para sus bolsillos.
“Está todo regalado para nosotros”, dijo recientemente a The Associated Press Cristian Vázquez, quien disfrutaba del mar en Reñaca, en la costa central chilena.
En diciembre de 2024, mes que inaugura el verano austral, más argentinos salieron a vacacionar al exterior con respecto al año previo y Chile fue el país que recibió el mayor flujo, seguido de Brasil y Uruguay. Pese a la crisis económica que los afectó a lo largo del año, los argentinos llegaron en oleadas a las playas, la montaña y los centros comerciales extranjeros, animados por un panorama económico que les favorece.
El peso cobró fuerza en Argentina a lo largo de 2024 en gran parte por medidas cambiarias aplicadas por el presidente Javier Milei, un ultraliberal que llegó el poder a fines de 2023, y para desacelerar la inflación.
El peso se apreció alrededor de 41% respecto al dólar oficial entre diciembre de 2023 y el mismo mes de 2024 en el marco de un plan de fuerte ajuste que implementó el gobierno de Milei.
Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting, señaló que “ante un plan de estabilización como el que se implementó, con fuerte compromiso de superávit fiscal y emisión monetaria cero para financiar el Estado, tasa de interés e inflación a la baja, la moneda argentina se fortalece”. A ello se sumó, dijo, el exitoso blanqueo de capitales que implementó el gobierno y generó la llegada de dólares del exterior y el ahorro en esa divisa que luego los argentinos cambian, entre otras cosas, para viajar.
A la estampida de argentinos al exterior, ya de por sí proclives a veranear fuera de casa, también contribuye que las monedas de distintos países perdieron valor en los últimos meses, la cercanía geográfica de los destinos elegidos —que les permite llegar en auto—, y los altos costos de vacacionar en destinos nacionales, en particular los de la costa Atlántica argentina.
Según las últimas cifras oficiales, las salidas al exterior de turistas argentinos aumentaron un 76,4% en diciembre de forma interanual, alcanzando 1.341.800 entre las personas que pernoctaron más de una noche y las que permanecieron sólo durante el día. El 80,7% fue a países limítrofes, siendo Chile el primer destino con 28% del total; Brasil, con 22,6%; y Uruguay, con 15,6%.
En contraste, ingresaron 951.500 visitantes. La misma tendencia tuvo lugar en el acumulado de 2024, con 13.593.000 argentinos que salieron a vacacionar y 10.927.500 extranjeros que llegaron al país.
La mayoría de los turistas argentinos consultados por AP explicó que luego de comprar dólares en su país a un costo que les favorece, cambian el billete estadounidense en Chile por la moneda local para realizar sus consumos.
En años anteriores, Vázquez y su familia traían consigo productos de Argentina para cocinar durante sus vacaciones en el litoral chileno, limitados por sus ahorros. Esta temporada, desde el supermercado hasta una cena en un restaurante, “todo está muy barato”, explicó.
Su familia comparte con amigos un apartamento. “Dividiendo nos termina dando unos 95 dólares por día, y en la costa argentina eso cuesta por lo menos el triple... Fuimos a comer a un restaurante y pagamos para tres personas lo que allá pagamos para una”, apuntó.
Los argentinos representaron 40% del total de los 5,2 millones de visitantes que arribaron a Chile en 2024 y principios de 2025.
“La situación económica de Chile con respecto a Argentina impulsa mucho el aumento”, dijo a AP la subsecretaria de Turismo de Chile, Verónica Pardo, en referencia a los precios competitivos de su país.
Añadió que los visitantes han aumentado su gasto promedio con respecto a años anteriores, dejando unos 63,3 dólares por día por persona. Y en el primer mes de 2025, el país espera haber alcanzado el pico de las entradas de argentinos.
En un centro comercial con rebajas cercano a Viña del Mar, Ana Laura Termini, quien arribó con tres amigas en un “viaje de chicas” desde la ciudad argentina de Mendoza, no podía creer lo baratas que estaban las prendas en comparación con las de su país, donde, aunque la inflación está en baja, se sigue sufriendo en varios rubros, como la vestimenta. “Una remera (camiseta) aquí en Chile a 13.000 pesos (13 dólares), allá la conseguimos a 40.000 (40 dólares)”, señaló.
Por su parte, Verónica Jara subió a un autobús turístico y partió desde la ciudad argentina de Santa Fe para pasar una semana de vacaciones en Viña del Mar. Junto a otras 63 personas, se trasladó más de 1.200 kilómetros por carretera. Desembolsó 645 dólares en un paquete que contemplaba los traslados, el hotel, cena y desayuno. “Los costos en Argentina estaban muy por encima de eso, había una diferencia de unos 100, 150 dólares”, contó.
En enero de 2024, el alza del costo de vida en Argentina fue de 20,6%, mientras que en diciembre bajó a 2,7%. En tanto, el año pasado cerró con una inflación de 117,8%, lo que sigue afectando a los bolsillos.
Los visitantes argentinos no abundan solamente en las arenas abrasadoras de la costa chilena o en las gélidas aguas del Pacífico. El mate y las camisetas de Messi también son avistadas en otros países vecinos.
Nicolás Lentini, de 37 años, llegó hace unos días a Brasil aprovechando la oportunidad que brinda el devaluado real y los precios más baratos. “El alquiler de una semana en Argentina para cuatro personas cuesta 700 dólares y yo alquilé 14 días en Buzios por la misma plata... Y no puedes comparar la playa de acá con las que tenemos allá, donde pasamos frío. Aquí estás con remera todo el día”, acotó.
Gisele Martínez, oriunda de Buenos Aires y socia en un restaurante situado en una playa de Río de Janeiro, dijo ver compatriotas por todos lados. También en Buzios y Cabo Frío. “El tipo de cambio es muy favorable a lo que era en 2023, que ibas a Argentina y eras millonario”, dijo Martínez en referencia a la época en que el peso estaba mucho más debilitado.
Brasil se ha convertido en un imán turístico luego de que el real se devaluó en torno a 27% en 2024, cuando alcanzó un récord de 6,6 millones de llegadas de extranjeros, siendo los argentinos los principales visitantes (1,9 millones).
En las playas del sur brasileño proliferan los habitantes del populoso conurbano de Buenos Aires con pequeñas heladeras portátiles llenas de cerveza. En la costa de Santa Catarina, un conocido y popular destino entre los argentinos, estos viajeros representaron 22% de los turistas en las dos primeras semanas de enero respecto al 10% de la temporada pasada, según la Federación del Comercio de Santa Catarina.
Andrés Deyá, de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo, reconoció que es difícil competir con los países limítrofes. “Nosotros podemos dar buenos servicios, herramienta de financiación, calidad turística y todo lo demás. Pero las cuestiones de la macro economía definen dónde deciden viajar los argentinos”.
Operadores turísticos dijeron que los precios se disparan durante el verano en la costa argentina y eso echa para atrás a muchos veraneantes. Allí una sombrilla con cuatro sillas asciende a unos 33 dólares al día mientras que en Brasil una sombrilla y dos reposeras sale unos siete dólares.
Los altos precios hacen que quienes vacacionan en la costa argentina no se prodiguen en gastos. “Está ‘tranqui’ la temporada... No se vende mucho, se consume sólo a la tarde”, dijo Pablo Escudero, que en enero vendía ensalada de fruta en una de las playas más populosas de Mar del Plata. El joven se quejó de que días atrás, con más de treinta grados, los vendedores ambulantes solo habían vendido 50 cervezas y unas 30 ensaladas de fruta.
Virginia Jouanny, de la agencia turística Atrápalo Argentina, acotó que pese al costo del pasaje aéreo sigue compensando optar por Brasil como destino. “Con el consumo de un almuerzo o alguna bebida se permite el uso de otras prestaciones como la sombrilla”, señaló.
La agencia donde trabaja registró un crecimiento de 18% de argentinos viajando al exterior de diciembre a febrero en paquetes comprados con antelación, siendo Brasil el destino preferido.
En el extremo del continente, Luis Sánchez regresó a las playas del exclusivo balneario de Punta del Este, en Uruguay, luego de cuatro años atravesados por la pandemia de COVID-19 y la subsiguiente crisis económica. “Nos gusta mucho... este año los precios no están dispares como otras veces”, dijo sentado en una reposera mientras tomaba mate.
Sánchez es parte de los 309.570 argentinos que llegaron a Uruguay entre el 20 de diciembre de 2024 y el 13 de enero de 2025, casi la mitad del total de visitantes arribados al país, donde en 2024 el dólar se apreció un 12,92% frente al peso uruguayo respecto a 2023.
Deyá y otros operadores señalan que en el éxodo de los argentinos también influyeron cierta recuperación del poder adquisitivo de sus sueldos frente a una inflación en baja y el reciente fin de un impuesto a los consumos realizados en el exterior con tarjetas de crédito.
Esperanza Fagalde, quien tomaba el sol en bikini y una gorra de visera en una playa de Punta del Este, dijo que en los dos años anteriores no fue a veranear al balneario uruguayo “porque no convenía” debido la gran diferencia cambiaria y a que estaba caro.
“Ahora sí... Ahora empezó a convenir y entonces empezamos a venir de vuelta”, señaló.
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Calatrava informó desde Buenos Aires. Los periodistas de The Associated Press Gabriela Sa Pessoa y Diarlei Rodrigues en Brasil, Matilde Campodonico en Uruguay y Rodrigo Abd en Argentina, contribuyeron a este despacho.