Argentinos enfrentan recortes en salud mientras Milei reforma al país al estilo de Trump
Una mujer espera a recibir medicamentos gratuitos en el Hospital Rodolfo Rossi Hospital, el jueves 8 de mayo de 2025, en La Plata, Argentina. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
BUENOS AIRES (AP) — Para quienes no están familiarizados, el chat grupal de Facebook parece un enredo de emojis y letras sin sentido. Pero, para los pacientes argentinos con cáncer que no cuentan con seguro, es un salvavidas.
Esta red clandestina pone en contacto a los activistas que cuentan con medicamentos sobrantes con los argentinos enfermos de cáncer que perdieron el acceso a su tratamiento en marzo de 2024, después de que el presidente Javier Milei ordenó la suspensión de una agencia federal conocida como DADSE, la cual pagaba por sus costosos medicamentos.
Cada vez que Facebook descifra los mensajes codificados y elimina el grupo por violar sus reglas sobre la venta de medicamentos, aparece otro que de inmediato se llena de argentinos que aseguran que su estado de salud se ha deteriorado desde que Milei, un libertario radical, pasó la motosierra por el sistema de salud.
“Todo lo que necesito para que mi cuerpo funcione es esta medicación y Milei dice, ‘No hay plata’”, declaró Ariel Wagener, un chef de pizzas de 47 años de edad que padece leucemia y este año tuvo que ser hospitalizado por una insuficiencia renal después de perder el acceso a su medicamento. Sin el apoyo del DADSE, un mes de su medicina para la leucemia cuesta 21.000 dólares.
El estado de salud de Wagener se estabilizó después de que recibió medicamentos sobrantes a través de Facebook, los cuales fueron donados por los familiares de una persona que había muerto de cáncer.
Suspender los millones de dólares financiamiento para los medicamentos gratuitos para el cáncer es sólo una de las formas en que la campaña de austeridad de Milei ha devastado al sistema de salud pública que una vez distinguió a Argentina en América Latina, garantizando que la atención médica fuera gratuita para prácticamente todos los que no podían pagar un seguro privado.
Desde que asumió el cargo en diciembre de 2023, Milei ha recortado el presupuesto de salud del país en un 48% en términos reales. Su gobierno despidió a más de 2.000 empleados del Ministerio de Salud, incluidos 1.400 en cuestión de pocos días a principios del año.
Como parte del plan de Milei para reformar a la problemática economía de Argentina y reducir el despilfarro y la burocracia, se desmanteló al Instituto Nacional del Cáncer, suspendiendo los programas de detección temprana para el cáncer de mama y de cuello uterino.
El gobierno congeló fondos federales para campañas de inmunización, obstaculizando el acceso a vacunas mientras Argentina enfrenta un brote de sarampión por primera vez en varias décadas. Se desmanteló la Dirección Nacional de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis de Argentina, lo que resultó en retrasos de pruebas y tratamientos. Además, se retiraron los fondos para las medidas anticoncepción de emergencia y se dejaron de distribuir píldoras abortivas.
“Estamos viendo retrocesos que no se veían hace años”, dijo María Fernanda Boriotti, presidenta de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina. “Personas con VIH sin acceso al tratamiento, pacientes con cáncer que se mueren por no conseguir la medicación, hospitales desbordados y sin insumos, y profesionales de la salud que terminan afuera del sistema”.
El gobierno redujo la cobertura médica para jubilados y levantó los controles de precios sobre medicamentos con receta y planes de salud privados, provocando que los precios se dispararan un 250% y un 118% respectivamente, según datos oficiales.
“Dejamos de comprar leche, yogur, cosas que no son tan indispensables, digamos”, señaló Susana Pecora, de 71 años, quien perdió el plan de seguro que cubría los medicamentos antipsicóticos de su esposo cuando el precio aumentó un 40% el año pasado.
Milei y Trump ven las cosas de la misma manera
Milei hizo campaña con la promesa de reducir el tamaño del gobierno dos años antes de que el presidente Donald Trump y Elon Musk tomaran sus propias motosierras.
El argentino se ha convertido en un aliado cercano del gobierno de Trump, incluso en lo referente a políticas de salud. Argentina se sumó a Estados Unidos en su salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el mes pasado recibió una visita del Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS por sus iniciales en inglés), Robert F. Kennedy Jr.
Durante su reunión con Kennedy en Buenos Aires, el ministro de Salud argentino, Mario Lugones, anunció una revisión del sistema de salud de Argentina para alinearlo con el movimiento Make America Healthy Again (Hagamos Saludable a Estados Unidos Otra Vez) de Kennedy.
“Tenemos visiones similares sobre el rumbo a seguir, por eso vamos a profundizar el trabajo en conjunto entre ambos países”, destacó Lugones al referirse a Kennedy.
Milei aún no ha intentado reemplazar la cobertura universal con un sistema basado en seguros, como lo prometió durante su campaña.
Pero al despojar a los argentinos de cobertura y aumentar las primas y los gastos de los pacientes, ha acercado a Argentina al modelo de Estados Unidos, explicó Macarena Sabin Paz, coordinadora del equipo de salud del Centro de Estudios Legales y Sociales de Argentina (CELS).
“Estamos empezando a ver esta lógica… donde si pierdes el trabajo o te enfermas gravemente, tienes que vender el auto, la casa, o lo que tengas, para poder pagar un tratamiento de salud”, declaró.
Los recortes de personal de Milei han devastado a las agencias encargadas de planificar, financiar y dar seguimiento a las campañas de inmunización, interrumpiendo la recopilación de datos y poniendo en peligro el respetado programa de vacunación infantil del país.
Los recortes han coincidido con un brote de sarampión que en abril provocó el primer deceso por sarampión en el país en dos décadas.
“Argentina ha sido uno de los países sudamericanos más avanzados y ahora lo vemos dejar de lado la salud pública”, dijo el doctor Stanley Plotkin, un médico estadounidense que ayudó a desarrollar la vacuna contra el sarampión en la década de 1960.
El portavoz de Milei, Manuel Adorni, no respondió a solicitudes de comentarios. Lugones tampoco respondió a preguntas sobre el impacto de los cambios de política.
Una oleada de recortes
Después de varias décadas de gasto desenfrenado por parte de los gobiernos populistas de izquierda que llevaron a Argentina a incumplir sus deudas, Milei cumplió sus promesas de campaña de contener la inflación extrema y alcanzar un superávit fiscal.
Pero incluso los expertos que coinciden en que el sistema de salud de Argentina necesitaba reformas aseguran que los recortes han sido tan profundos y rápidos que han causado un enorme impacto.
“A nivel de destrucción del Estado nunca se vivió algo así, ni siquiera con la dictadura militar”, subrayó Fabio Nuñez, excoordinador de la Dirección Nacional de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis de Argentina, una de cientos de personas que fueron despedidas de la agencia.
Encargada de encabezar los esfuerzos de prevención y tratamientos para enfermedades infecciosas, la agencia ha perdido al 40% de su personal y el 76% de su presupuesto anual. Los hospitales ahora enfrentan escasez de todo, desde suministros para pruebas de virus hasta medicamentos y condones.
Los recortes coinciden con un aumento en el número de infecciones de transmisión sexual. El año pasado, los casos de VIH aumentaron un 20% y los de sífilis un 50%.
“Ahora se están ahorrando el gasto, pero lo van a pagar más adelante, cuando la gente termine buscando atención de urgencia”, dijo Cristian Pizzuti, un joven de 31 años con VIH que documentó 103 casos de pacientes que perdieron acceso a sus medicamentos antirretrovirales diarios durante varias semanas el año pasado. Añadió que recientemente recibió medicamentos vencidos y sufrió una severa reacción alérgica después de que se le cambió su medicamento por uno más barato.
Los casos de tuberculosis también aumentaron un 25% el año pasado. Las clínicas reportan retrasos en la obtención de los resultados de los análisis.
“Mientras las personas siguen con su vida, esperando los resultados, van contagiando a otras”, señaló el doctor Santiago Jiménez, quien atiende a personas con VIH y tuberculosis en un vecindario de clase baja de la capital. “Es una calamidad, o sea, desde el punto de vista epidemiológico es un desastre”.
Hospitales rebasados
Los hospitales públicos gratuitos se han visto inundados de argentinos que cancelaron su seguro privado debido al aumento de las primas o a que perdieron su trabajo —y con él, sus planes de seguro social financiados a través de contribuciones de nómina. Las instalaciones de Buenos Aires informaron un aumento de entre el 20% y el 30% en la demanda durante el primer trimestre de 2025, en comparación con el mismo período del año pasado.
Los incrementos eran palpables en el Hospital Público Gratuito Rodolfo Rossi de La Plata el mes pasado, donde las multitudes se agolpaban en la clínica ambulatoria y se formaron largas filas desde la farmacia.
Los farmacéuticos han informado escasez de medicamentos después de que los recortes de personal a gran escala provocaron un caos administrativo y el gobierno congeló un programa que proporcionaba medicamentos básicos a los centros de salud pública argentinos.
Silvana Mansilla, de 43 años, pasó la mitad del día esperando para recoger su suministro mensual de medicamentos para la tiroides —cuyo precio se ha duplicado a 22 dólares— sólo para descubrir que se había agotado en el hospital. “Y el gobierno ¿dónde está? ¿Qué están haciendo con todo esto?”.
Con las contrataciones congeladas, los médicos dijeron que su carga de pacientes se ha duplicado.
Abrumado por una carga de trabajo cada vez más grande, el Hospital Pediátrico Público Garrahan de Argentina, la principal instalación de su tipo en el país, ha perdido a 200 profesionales de la salud desde que Milei asumió el cargo.
A medida que la inflación anual se acercaba al 200% el otoño pasado, sus salarios perdieron la mitad de su poder adquisitivo. Los médicos se fueron a trabajar al extranjero o encontraron trabajos mejor pagados en clínicas privadas. Ninguno fue reemplazado. Los residentes médicos realizaron una huelga de una semana en mayo, mostrando sus recibos de pago por un mes de semanas laborales de 70 horas: 700 dólares.
A la espera de tratamiento
Una demanda interpuesta por grupos defensores de los derechos de los pacientes asegura que más de 60 pacientes con cáncer han muerto debido a la suspensión del programa de medicamentos DADSE por parte del gobierno, y más de 1.500 personas siguen a la espera de sus medicamentos.
Un juez federal ordenó restablecer la entrega de medicamentos, pero el gobierno presentó una apelación bajo el argumento de que el DADSE ya no existe. Aseguró que había creado un nuevo programa más eficiente para cumplir con las solicitudes pendientes. Pero el cronograma varía y, a veces, los medicamentos ni siquiera llegan.
El tiempo lo era todo para pacientes como Alexis Almirón.
Sus registros médicos muestran que el banco de medicamentos del gobierno recibió su solicitud de un medicamento costoso para reducir un tumor maligno el 11 de diciembre de 2023, un día después de la toma de posesión de Milei. Su médico le dijo a la agencia que se necesitaba un tratamiento inmediato y urgente para combatir su agresivo cáncer.
Pasaron meses. Su madre, Claudia Caballero, bombardeó al DADSE con llamadas desesperadas preguntando por qué tardaban tanto mientras el linfoma de Almirón se extendía desde su cuello hasta su cerebro y estómago. Vomitaba sangre. Perdió la vista. Caballero intentó recaudar los 20.000 dólares para cubrir el suministro de un mes del medicamento, pero no pudo reunir dinero suficiente.
El 12 de marzo del año pasado, Almirón murió a los 22 años.
“No le dieron la oportunidad de elegir vivir”, dijo Caballero con la voz entrecortada.
El día después de enterrar a su hijo, Caballero recibió una llamada del Ministerio de Salud. Tenían buenas noticias, dijo el interlocutor: El medicamento de su hijo finalmente había llegado.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.