Bukele plantea levantar la prohibición total a la minería en El Salvador para obtener recursos

Image

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, antes de recibir el más alto reconocimiento diplomático de Costa Rica de parte del presidente Rodrigo Chaves en el palacio presidencial en San José, Costa Rica, el lunes 11 de noviembre de 2024. (AP Foto/José Díaz)

SAN SALVADOR (AP) — El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, se pronunció el miércoles a favor de la minería de oro y calificó de absurda una prohibición vigente en el país desde hace siete años para la extracción de metales por ser una amenaza ambiental.

Bukele destacó a través de las redes sociales que toda la riqueza potencial en oro que existe en El Salvador podría equivaler a “3 billones de dólares”, lo que equivaldría, según sus cálculos, a 8.800% del Producto Interno Bruto nacional, que cerró en 2023 en $34.015 millones.

“Somos en el único país en el mundo con una prohibición total de la minería metálica, algo que ningún otro país aplica. ¡Absurdo!”, escribió el mandatario en la red social X, antes Twitter.

El Salvador se convirtió en el primer país en el mundo en prohibir la minería de metales en marzo de 2017, luego de una petición respaldada por sacerdotes católicos. El Congreso consideró esa actividad como una amenaza ambiental debido a la excesiva demanda de agua que exige y al drenaje de metales pesados y de desechos tóxicos como mercurio y cianuro.

Ahora, el presidente Bukele plantea que la extracción de oro es una “riqueza que podría transformar El Salvador” y apuntó que generaría “miles de empleos de calidad”, que financiaría “infraestructura en todo” el país e impulsaría economías locales.

Al mismo tiempo, aseguró que la minería en El Salvador sería “moderna y sostenible” y cuidaría el medio ambiente.

Para los ambientalistas, la llamada “minería verde” ralentiza la contaminación pero no la evita. “No es cierto que haya minería verde; eso se paga en vidas. Los problemas renales, respiratorios y de leucemia no son inmediatos”, dijo Amalia López, una activista de la Alianza contra la Privatización del Agua.

Una de las preocupaciones es que las mineras siguen ocupando grandes cantidades de agua para lograr extraer el oro, así como los pozos donde debe guardarse “el agua contaminada porque esas aguas no son tratables”, dijo.

Bukele está en busca de un “milagro económico” para El Salvador luego de adjudicarse un “milagro de seguridad” al aplicar medidas de seguridad como el régimen de excepción, la suspensión de derechos constitucionales que le ha permitido capturar a 83.100 personas señaladas de ser pandilleros desde marzo de 2022. “Tomará algunos años, pero estamos en el camino correcto”, dijo el 16 de octubre pasado.

En el Plan Cuscatlán, el plan de gobierno presentado en enero de 2019, durante su primera campaña presidencial, Bukele prometió asumir competencias para lograr “la eficacia” de varias normativas, entre estas, la ley de prohibición de la minería metálica.

En un comunicado emitido el miércoles las organizaciones antimineras del país rechazaron la intención del presidente de revertir la prohibición y señalaron que ésta “no fue una decisión absurda, sino en defensa del agua y del ambiente”, producto de una “lucha social de 12 años de las comunidades”.

“Me preocupa que este señor esté pensando solo en el dinero que puede ganar una empresa que ni siquiera es salvadoreña y que se lleve el oro de El Salvador. Ya sabemos que en El Salvador usted no va a encontrar una pepita de oro”, apuntó Amalia López. Recordó que la concentración de oro en el país está diseminada, “implica usar cianuro y eso es matar la vida de cualquier territorio”.

Según la Unidad Ecológica Salvadoreña, la mina El Dorado, que estaba ubicada en el distrito de San Isidro, departamento de Cabañas Este, a 72 kilómetros de San Salvador Centro, dejó una contaminación irreversible en el río Titihuapa.

El Salvador ganó en octubre de 2016 una millonaria demanda de la minera canadiense Pacific Rim en un proceso de arbitraje desarrollado en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), del Banco Mundial. La empresa OceanaGold, que asumió la explotación posteriormente, proyectaba una inversión de $200 millones para extraer oro y plata en San Isidro.