Jugadores y aficionados en el Mundial de Clubes soportan altas temperaturas por ola de calor en EEUU
Gerard Garriga, del Auckland City, se refresca con el agua de los aspersores durante una pausa en el partido contra Boca Juniors, el martes 24 de junio de 2025, en Nashville, Tennessee (AP Foto/George Walker IV)
Suplentes que observan desde el vestuario, sesiones de entrenamiento abandonadas y camisetas empapadas de sudor.
La ola de calor que afecta a una amplia franja de Estados Unidos está pasando factura a los jugadores en el Mundial de Clubes de la FIFA.
Las condiciones agotadoras también podrían ser un adelanto de lo que vendrá el próximo verano, cuando Estados Unidos, Canadá y México alberguen el evento principal del fútbol, el Mundial 2026.
“Es imposible, un calor terrible, los dedos de los pies me dolían al igual que las uñas, no podía arrancar ni frenar”, comentó Marcos llorente, del Atlético de Madrid, tras un partido contra el París Saint-Germain. “Como es igual para todos, no hay queja”
Una “cúpula de calor” de alta presión se ha asentado sobre el centro y este de Estados Unidos, elevando las temperaturas a más de 90 grados Fahrenheit (32 Celsius) en muchas áreas.
Eso es difícil tanto para los jugadores como para los aficionados, quienes pueden experimentar deshidratación y calambres o condiciones más graves como agotamiento por calor e insolación.
“En Europa es más un calor seco y esto es más un calor húmedo. Creo que les va a afectar el doble”, comentó el aficionado Tyler Fernando antes del partido del Bayern Munich contra el Benfica el martes en Charlotte, Carolina del Norte, donde la temperatura era de 97 grados Fahrenheit (36 Celsius) a la hora del encuentro.
El martes, los participantes en el partido de Auckland City contra Boca Juniors en Nashville soportaron temperaturas de más de 95 grados Fahrenheit (más de 35 Celsius). Varios espectadores se quitaron la camiseta y buscaron secciones donde había sombra.
El calor es una preocupación particular durante grandes torneos como el Mundial de Clubes porque los jugadores no tienen mucho tiempo libre para recuperarse entre un partido y otro. Y en las fases de grupos, los partidos suelen estar escalonados cada día, lo que significa que algunos equipos juegan bajo el sol del mediodía.
El Chelsea acortó una sesión de entrenamiento en Filadelfia, donde las temperaturas rebasaron los 90 Fahrenheit (32 Celsius).
“Siempre trato de evitar los pretextos, siempre trato de ser honesto. No se trata de excusas, se trata de la realidad. Sería un pretexto si no hace calor y dijéramos que hace calor. Eso es una excusa. Pero sj hace calor, hace calor. Estamos aquí, y estamos tratando de hacer lo mejor que podamos”, expresó el entrenador del Chelsea, Enzo Maresca.
Durante un partido entre el Borussia Dortmund y el Mamelodi Sundowns, el conjunto alemán publicó en las redes sociales: “Nuestros suplentes vieron la primera mitad desde dentro del vestuario para evitar el sol abrasador en el TQL Stadium — nunca habíamos visto eso antes, pero con este calor, tiene todo el sentido.”
“Siempre pensamos en cómo podemos ayudar al equipo, cómo podemos minimizar una influencia negativa. Y hacía mucho, mucho calor. Teníamos barras de enfriamiento para refrescar a los jugadores. Los teníamos esperando en el vestuario con el aire acondicionado”, dijo el entrenador del Dortmund, Niko Kovac.
“Esto fue muy importante para todos nosotros. No se trata sólo de tácticas, sino también de minimizar la carga, minimizar el estrés. El estrés ya es lo suficientemente alto.”
Las directrices de la FIFA exigen pausas cuando la Temperatura de Globo de Bulbo Húmedo — una combinación de factores que incluye temperatura y humedad — alcanza los 89,6 grados. Las pausas suelen ocurrir alrededor de los minutos 30 y 75.
Las pausas de enfriamiento se utilizaron inicialmente en la final olímpica de 2008 entre la Argentina de Lionel Messi y Nigeria en el Estadio Nacional de Beijing, donde la temperatura en el campo alcanzó los 107 grados (42 Celsius).
Pero en ese momento, tales pausas eran raras. Se volvieron más comunes después del Mundial de 2014 en Brasil, donde un tribunal laboral brasileño ordenó recesos de hidratación cuando la Temperatura de Globo de Bulbo Húmedo alcanzara los 89,6 grados.
El Departamento de Rescate y Bomberos de Miami-Dade acudió a las redes sociales para instar a los aficionados del Mundial de Clubes a tener precaución con el calor antes del partido del Inter Miami contra el Palmeiras el lunes por la noche, y el Chelsea publicó directrices de “mitigación del calor” en su sitio web oficial antes del partido del martes entre los Blues y el Esperance.
No sólo las altas temperaturas pueden afectar los torneos de verano: cinco partidos del Mundial de Clubes han sido retrasados por tormentas eléctricas.
El clima será un problema creciente para la FIFA a medida que las temperaturas globales aumenten. Dieciséis ciudades albergarán partidos mundialistas el próximo año. Cinco de los estadios que se utilizarán tienen techos para proporcionar algo de protección contra el sol.
Entre las subsedes de México, Ciudad de México y Guadalajara podrían verse afectadas por la temporada de huracanes del verano. Y en Monterrey, las temperaturas de verano promedian los 90 (32 Celsius).
Después del Mundial 2026, la edición de 2030 se llevará a cabo en Marruecos, España y Portugal. Y el problema no es sólo del lado masculino: la Copa Mundial Femenina 2027 se jugará en Brasil.
“Programar partidos en estadios sin sombra en medio del día y promover patrocinadores dependientes del petróleo muestra que la FIFA está peligrosamente desconectada de la amenaza que el calor extremo representa para sus principales torneos de verano”, advirtió Peter Crisp de Fossil Free Football.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.