Petro intenta bajar tensión con carta a Trump desligando a EEUU de supuesto intento golpista

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su intervención en un acto para reunir apoyo de cara a su consulta popular sobre la reforma laboral, en Cali, Colombia, el miércoles 11 de junio de 2025. (AP Foto/Santiago Saldarriaga)

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su intervención en un acto para reunir apoyo de cara a su consulta popular sobre la reforma laboral, en Cali, Colombia, el miércoles 11 de junio de 2025. (AP Foto/Santiago Saldarriaga)

BOGOTÁ (AP) — El presidente colombiano Gustavo Petro intentó bajar la tensión diplomática con Estados Unidos, días antes de que escalaran con la llamada a consultas de sus diplomáticos, al enviar una carta a su homólogo Donald Trump en la que aclaraba que no pretendió acusar a ese país de apoyar planes para sacarlo del poder.

“Deseo aclarar que cualquier expresión mía que haya sido interpretada como una acusación directa sobre la participación en un supuesto golpe de Estado en Colombia, no tenía la intención de señalar a nadie de manera personal ni de cuestionar sin fundamentos el papel de los Estados Unidos”, indicó Petro en la carta fechada el 23 de junio y conocida el lunes por la prensa.

La carta, sin embargo, no evitó que el 3 de julio Estados Unidos llamara a consultas a John T. MacNamara, quien servía como encargado de negocios en la embajada de Bogotá desde febrero de manera interina, como protesta a las “declaraciones infundadas y reprochables de las más altas esferas del gobierno colombiano”. De manera recíproca, Petro llamó a consultas al embajador colombiano en Washington, Daniel García-Peña.

Días antes, el 11 de junio, Petro dijo en medio de un discurso que recibió información de un ”presidente vecino” que indicaba que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, “está organizando un golpe de Estado contra mí”. Ese mismo día, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que Rubio era el encargado de dirigir el plan, sin mostrar pruebas.

“Reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido percibidas como innecesariamente duras. En aras del diálogo, quiero decir que mi intención no es cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”, anotó Petro en la carta.

La canciller colombiana, Laura Sarabia, dijo el lunes a la prensa que la carta fue enviada al Departamento de Estado estadounidense previo al llamado a consultas de los encargados de las embajadas en busca del fortalecimiento de las relaciones bilaterales. “Tanto el presidente, como el Estado colombiano, está en total disposición de fortalecer las relaciones con su principal aliado estratégico, que son los Estados Unidos”.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo el lunes al ser consultada sobre la carta de Petro que no estaba segura de que Trump la hubiese visto, aunque indicó que lo consultaría con él en el Consejo de Seguridad Nacional.

Una tensión creciente

A las declaraciones de Petro se sumó la polémica que generaron audios revelados por el diario El País en los que el excanciller colombiano, Álvaro Leyva, habla sobre un supuesto plan para con “presión internacional” buscar la salida del poder del gobernante.

Según esos audios, Leyva habría intentado acercarse a Rubio a través de congresistas republicanos, quienes lo negaron.

Tras la retirada de los diplomáticos, Petro dijo públicamente que no cree que Rubio esté involucrado en un plan para derrocarlo, porque considera que “señores de la extrema derecha” que lo fraguaban no alcanzaron a llegar a su despacho.

La tensión diplomática ha generado preocupación en el gobierno colombiano y también en algunos sectores económicos, al ser Estados Unidos el principal socio comercial de Colombia.

“Esta tensión, que se ha ido como construyendo, no nos había pasado nunca”, aseguró a The Associated Press la excanciller colombiana María Emma Mejía, quien tuvo que lidiar con una crisis diplomática en el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998) cuando le fue retirada la visa estadounidense.

Para Mejía, la tensión ocurre cuando Colombia tiene un récord de cultivos de hoja de coca, alcanzando las 253.000 hectáreas en 2023, y Estados Unidos ha pedido mayores resultados para disminuir el área cultivada, que está estrechamente relacionada con la producción de cocaína en el mundo.

“Si se debilita esa alianza de Estados Unidos y Colombia contra un enemigo común que es el crimen organizado, pues la situación va a ser muy dura”, indicó Mejía.

Las tensiones han ido sumándose desde en enero, cuando Petro se opuso a recibir colombianos deportados en aviones militares estadounidenses, lo que generó amenazas de aranceles mutuos que no llegaron a concretarse luego de que Colombia aceptara recibir a los migrantes.