Jóvenes líderes indígenas en Cauca, Colombia, se reúnen para resistir y elegir nuevas voces

Participantes de la asamblea juvenil indígena se reúnen para elegir al coordinador del movimiento juvenil, el 12 de julio de 2025, en la reserva de Las Delicias, afectada por el conflicto armado, en Cauca, Colombia. (AP Foto/Nadège Mazars)

Participantes de la asamblea juvenil indígena se reúnen para elegir al coordinador del movimiento juvenil, el 12 de julio de 2025, en la reserva de Las Delicias, afectada por el conflicto armado, en Cauca, Colombia. (AP Foto/Nadège Mazars)

LAS DELICIAS, Colombia (AP) — Adriana Pazu se secaba las lágrimas mientras recordaba a un colega, asesinado a tiros por defender su tierra a principios de este año por un grupo disidente armado.

Pazu, una autoridad indígena del territorio Nasa de San Francisco, Toribío, asistía a una asamblea de jóvenes indígenas esta semana en Las Delicias, Cauca, una región afectada desde hace mucho tiempo por el conflicto. A pesar de años de amenazas y de contar con un esquema de seguridad oficial, su colega Edgar Tumiña fue asesinado, meses después de que uno de sus escoltas también muriera en un ataque anterior.

“Lo entregó todo para proteger esta tierra y a nuestros jóvenes”, afirmó Pazu, con la voz entrecortada. “Ya somos pocos los que realmente estamos quedando acá, con esas claridades de seguir manteniendo, de seguir cuidando esas semillas, de seguir cuidando esos jóvenes, de seguir orientando esos jóvenes...”

Dijo que está preparada para continuar, aun cuando enfrenta un gran riesgo personal.

“Yo le decía a mi familia, estoy dispuesta a arriesgar… Lo mío es la huerta y estoy dispuesta a entregar mi vida y la muerte. Si lo haría, algún día lo haría defendiendo la vida y el territorio y hablando, conversando, orientando”, dijo a The Associated Press durante la asamblea. ”

“Si llega la muerte, no me asusta. Lo que me asusta es dejar a estos jóvenes desprotegidos”.

En una región donde los recursos naturales a menudo son explotados por la minería ilegal, la deforestación y la tala, enfrentar esa actividad ilegal puede ser peligroso. Especialmente en regiones como Cauca, donde los grupos violentos suelen reclutar a niños y adolescentes indígenas.

El camino de Pazu comenzó hace años como líder de un semillero, parte de una escuela de fin de semana donde los jóvenes indígenas son cultivados como semillas para convertirse en futuros líderes y defensores de sus comunidades.

Estos semilleros ofrecen un refugio donde se enseña la cultura tradicional Nasa, la resistencia no violenta, los rituales comunitarios, las artes y la autodefensa, empoderando a los jóvenes con identidad, habilidades y solidaridad para proteger sus tierras y su patrimonio.

Proceso juvenil

En lo alto de las montañas del norte del Cauca, la reserva indígena de Las Delicias se encuentra en una región marcada durante mucho tiempo por la violencia. Su cementerio alberga el cuerpo de Breiner David Cucuñame, un miembro de la comunidad de 14 años asesinado hace tres años en un enfrentamiento con disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo guerrillero izquierdista que firmó un acuerdo de paz con el gobierno hace casi una década.

Aunque fue una de muchas, la muerte de Cucuñame se convirtió en un símbolo de los riesgos que enfrenta la juventud indígena y su profundo compromiso con la defensa de su tierra. Ese legado es una de las razones por las que Las Delicias fue elegida sede de la 39na sesión de la asamblea de jóvenes indígenas de este año.

Cientos de jóvenes de los territorios Nasa de Cauca viajaron hasta la reserva por estrechas carreteras de montaña en vehículos tradicionales y abiertos, pintados de colores brillantes, que son comunes en la Colombia rural, donde se conocen como chivas. Se reunieron para elegir nuevos líderes, compartir conocimientos ancestrales y planificar cómo proteger sus vidas, cultura y tierra ante las crecientes amenazas.

Jhoiner Medina, de 30 años, el líder saliente del movimiento juvenil del Cauca, señaló que eligieron Las Delicias porque “ha sido muy golpeada. Precisamente asesinaron a un joven”.

Asesinatos selectivos

La violencia en Cauca, y en muchas otras regiones, se intensificó después del acuerdo de paz de Colombia en 2016, cuando grupos criminales y facciones disidentes actuaron para reclamar territorio y controlar rutas de tráfico de drogas que antes estaban en manos de los rebeldes desmovilizados de las FARC.

Medina dijo que los niños y adolescentes han sido los más afectados.

“La población mayormente afectada en la niñez y la adolescencia… los grupos armados han reclutado a los jóvenes, a los niños… venimos hablando sobre (…) qué estrategias diseñar como proceso juvenil para poder contrarrestar el tema del reclutamiento… tenemos el tema artístico, cultural… danza, música, teatro, deporte…

La violencia era evidente en Las Delicias. Justo debajo del cementerio donde está enterrado Cucuñame, hay tres vehículos militares y policiales que fueron quemados por los residentes el año pasado después de una operación gubernamental que destruyó un laboratorio de drogas. Las autoridades dicen que los residentes fueron presionados por grupos armados. Pero algunos miembros de la comunidad dicen que hay una profunda desconfianza hacia las fuerzas oficiales en esta conflictiva región.

Según Elizabeth Dickinson, analista de alto nivel del International Crisis Group, las comunidades indígenas en Cauca son de las más organizadas y socialmente cohesionadas de Colombia, una fortaleza que las ha convertido en un objetivo directo de grupos armados y criminales desde el acuerdo de paz de 2016.

Estos grupos, que compiten por el control de las rutas de tráfico y las economías ilícitas, han buscado fracturar el tejido social de las comunidades mediante asesinatos selectivos de líderes tradicionales, coerción económica e infiltración de la cultura juvenil, dijo Dickinson a la AP.

La analista describió los movimientos juveniles como “cruciales” para resistir el reclutamiento y preservar la autonomía cultural.

“Nos unimos más”

La asamblea juvenil se celebra cada dos años y reúne a hasta 600 jóvenes de toda la región para elegir nuevos líderes, evaluar el progreso y desarrollar estrategias para proteger a sus comunidades de la violencia.

También sirve como un espacio para celebrar la identidad cultural a través de la danza, la música y las prácticas tradicionales, que según los organizadores, están cada vez más amenazadas por la globalización y el desplazamiento.

Jhony Baicue Camago, de 14 años, de la reserva indígena López Adentro en Cauca, pasó cuatro años en un semillero y ahora sirve en la Guardia Indígena. Afirmó que la asamblea es un espacio vital para que los jóvenes se expresen, especialmente ante amenazas como el reclutamiento forzado, la violencia sexual y la extorsión por parte de grupos armados.

Camago, quien espera convertirse en enfermero, dijo que las tradiciones culturales como la danza y la música ayudan a unificar y empoderar a su comunidad.

“Cuando nosotros mismos tocamos los tambores, las flautas … hay una fuerza y nos unimos más.”, afirmó.

Pero los peligros son reales. El joven indicó que conoce a menores que han sido reclutados y violados por grupos armados.

“Usan a los jóvenes como una simple carnada”, dijo. Los mandan al frente de la guerra”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.