Senado colombiano aprueba reforma laboral presionado por convocatoria de consulta popular de Petro

BOGOTÁ (AP) — El Senado colombiano aprobó el martes una reforma laboral de origen gubernamental presionado por la convocatoria a una consulta popular que ordenó el presidente Gustavo Petro para que los ciudadanos decidan en las urnas sobre los cambios al sistema laboral que no habían sido aprobados en el Congreso.

Con la reforma el trabajo diurno terminará a las 7:00 de la noche y, en adelante, los empleadores deberán pagar horas extras, una disminución de dos horas con el actual sistema; los domingos y feriados pasarán de tener un recargo del 75% al 100% y habrá cambios en las modalidades de contratación. Se trata de cambios prioritarios para el gobierno, que tuvieron amplia discusión por el impacto en los costos para los empleadores.

La reforma fue aprobada en último debate con el voto positivo de 57 senadores contra 31.

El gobierno celebró la aprobación de la reforma laboral como un triunfo luego de un espinoso tránsito en el Congreso. El ministro del Interior, Armando Benedetti, la calificó de histórica. “Es un legado inédito, como nunca antes había pasado en la historia del país: hoy los sindicalistas, la clase trabajadora, van a tener un empleo digno y decente”, indicó a la prensa.

Petro, primer gobernante de izquierda en Colombia, prometió hacer cambios estructurales a través de reformas sociales que, a su juicio, buscan disminuir la desigualdad.

Al tiempo que obtuvo una victoria con la reforma laboral, tuvo un retroceso con la ley que modifica el sistema de pensiones y que fue aprobada el año pasado. La Corte Constitucional devolvió el martes al Congreso la pensional para que la discutan de nuevo y subsanen errores en el trámite original. Por lo tanto, retrasó la entrada en vigencia de la ley.

Para la reforma laboral, resta que el Senado y la Cámara de Representantes concilien las diferencias que existan en los textos aprobados por cada una de las cámaras. Usualmente, se trata de un procedimiento sencillo, pero en el caso de la reforma puede significar su hundimiento si no se realiza antes del 20 de junio, cuando culminan las sesiones del Congreso.

La reforma laboral ha tenido un camino atípico en el Congreso. En marzo fue archivada cuando se encontraba en el tercero de los cuatro debates necesarios. A raíz de la negativa, Petro anunció que convocaría a una consulta popular para que los ciudadanos decidieran sobre los cambios al régimen laboral.

El Senado votó también en contra de la consulta, un resultado que ha desconocido el gobierno alegando que hubo “fraude” y errores en el procedimiento de la votación, por lo que el presidente expidió por decreto la convocatoria a la consulta popular fechándola en el próximo 7 de agosto. Sin embargo, el mandatario aseguró que si el Congreso aprobaba una reforma laboral positiva para los trabajadores, derogaría el decreto que convoca a la consulta.

“Sigue vigente la consulta popular por decreto hasta la votación de conciliación del proyecto”, declaró Petro el martes en X, antes Twitter.

El Senado negó el martes una segunda solicitud del gobierno para convocar a una consulta popular, luego de que se generara polémica por la primera votación. Esta vez 52 senadores votaron negativamente y 2 por avalarla.

En paralelo los congresistas revieron la reforma laboral, tras la apelación de un grupo de congresistas, por lo que continuó su curso, pero esta vez sin el apoyo pleno del gobierno ni de las centrales obreras que consideraron que se trataba de una “contrarreforma” que no defendía del todo los derechos laborales que quieren conquistar.

Sin embargo, lo aprobado por el Senado fue bien recibido por las centrales obreras.

“Se lograron eliminar las medidas más regresivas que sectores de la oligarquía en el Senado quisieron introducirle”, señaló el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Fabio Arias Giraldo. “Se está avanzando en la recuperación de derechos”, agregó.

El Senado aprobó en último debate varias de las exigencias del gobierno, entre ellas, ordenar que los aprendices del Servicio Nacional de Aprendizaje, un centro estatal dirigido para la población de menos recursos, tengan un contrato laboral cuando realicen sus prácticas en empresas.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, celebró el contrato para los aprendices e indicó que así les están “cumpliendo a las y los jóvenes de Colombia”.

Los senadores no aprobaron la formalización de la contratación por horas, lo que era considerado por el gobierno como “neoesclavismo”. Tampoco avalaron excluir a las micro y pequeñas empresas del recargo nocturno para sus empleados a partir de las siete de la noche.

El senador Juan Samy Merheg, del partido conservador, advirtió que con el recargo “le están generando una carga adicional que va a generar una mayor incapacidad de competir en el mercado”.