Rebeldes respaldados por Ruanda ocupan otra ciudad en el este del Congo
Rebeldes del grupo M23 entran en el centro de la segunda ciudad más grande de este de República Democrática del Congo, Bukavu, y toman el control de la oficina administrativa de la provincia de Kivu del Sur, el domingo 16 de febrero de 2025. (AP Foto/Janvier Barhahiga)
BUKAVU, Congo (AP) — Rebeldes respaldados por Ruanda ocuparon una segunda ciudad en el este de la República Democrática del Congo, una región rica en minerales, informó el gobierno el domingo, mientras rebeldes del M23 confirmaron que se encontraban en la ciudad para restaurar el orden después de que las fuerzas congoleñas se retiraron de la localidad.
La Alianza del Río Congo, una coalición de grupos rebeldes que incluye al M23, declaró en un comunicado que sus combatientes “decidieron asistir a la población de Bukavu” al abordar sus desafíos de seguridad bajo el “antiguo régimen” en la ciudad de 1,3 millones de habitantes.
“Nuestras fuerzas han estado trabajando para restaurar la seguridad para el pueblo y sus propiedades, lo que ha causado satisfacción entre toda la población”, afirmó el portavoz de la alianza, Lawrence Kanyuka, en un comunicado.
Los rebeldes encontraron poca resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales ante la expansión sin precedentes de su alcance luego de varios años de combates. El gobierno del Congo se comprometió a restaurar el orden en Bukavu, pero no había señales de soldados. Muchos de ellos fueron vistos el sábado mientras escapaban de la localidad junto a miles de civiles.
El M23 es el más importante entre los más de 100 grupos armados que luchan por el control de los billones de dólares en riquezas minerales del este del Congo, los cuales son esenciales para la tecnología de todo el mundo. Cuentan con el respaldo de unos 4.000 soldados de la vecina Ruanda, según expertos de Naciones Unidas.
Los combates han desplazado a más de seis millones de personas en la región, creando la crisis humanitaria más grande del mundo.
Los rebeldes prometen “limpiar” el desorden
Bernard Maheshe Byamungu, uno de los líderes del M23 que ha sido objeto de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU por abusos a los derechos humanos, se presentó frente a la oficina del gobernador de Kivu del Sur en Bukavu y le dijo a la población que han estado viviendo en una “jungla”.
“Vamos a limpiar el desorden que dejó el antiguo régimen”, declaró Byamungu, mientras algunos en la pequeña multitud de jóvenes animaba a los rebeldes a “ir hasta Kinsasa”, la capital de Congo, a casi 1.600 kilómetros (1.000 millas) de distancia.
A través de un comunicado publicado en redes sociales, el ministerio de comunicaciones del Congo reconoció por primera vez que Bukavu había sido “ocupada” y señaló que el gobierno nacional “hacía todo lo posible para restaurar el orden y la integridad territorial” en la región.
Un residente de Bukavu, Blaise Byamungu, dijo que los rebeldes marcharon hacia la ciudad que fue “abandonada por todas las autoridades y sin ninguna fuerza leal”.
“¿El gobierno está esperando a que tomen otras ciudades para actuar? Es una cobardía”, agregó Byamungu.
Temores de escalada regional
A diferencia de 2012, cuando solo tomaron brevemente Goma y se retiraron después de enfrentar presiones de la comunidad internacional, los analistas han señalado que esta vez los rebeldes buscan poder político.
Los combates en el Congo tienen relación con un conflicto étnico de varias décadas. El M23 dice que está defendiendo a los miembros de la etnia tutsi en el país. Ruanda ha afirmado que los tutsis están siendo perseguidos por hutus y exmilicias responsables del genocidio de 800.000 tutsis y otros en Ruanda en 1994. Muchos hutus huyeron a la República Democrática del Congo después del genocidio y fundaron el grupo de milicias Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda.
Ruanda dice que el grupo está “totalmente integrado” al ejército congoleño, el cual niega las acusaciones.
Pero el nuevo rostro del M23 en la región —Corneille Nangaa— no es tutsi, lo que le da al grupo “un nuevo rostro congoleño más diverso, ya que el M23 siempre ha sido visto como un grupo armado respaldado por Ruanda que defiende a las minorías tutsis”, según Christian Moleka, un politólogo del grupo de reflexión congoleño Dypol.
El presidente congoleño, Félix Tshisekedi, cuyo gobierno aseguró el sábado que Bakavu permanecía bajo su control, ha advertido sobre el riesgo de una expansión regional del conflicto.
Las fuerzas del Congo recibían apoyo de soldados sudafricanos en Goma y de elementos de Burundi en Bakavu. Pero el presidente de Burundi, Evariste Ndayishimiye, pareció insinuar en redes sociales que su país no tomará represalias en los combates.
El conflicto fue uno de los temas principales en la cumbre de la Unión Africana que se celebró en Etiopía durante el fin de semana, durante la cual el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que se corría el riesgo de convertirse en una conflagración regional.
Aún así, los gobiernos africanos y la comunidad internacional se han mostrado reacios a tomar medidas decisivas contra el M23 o Ruanda, el cual tiene uno de los ejércitos más poderosos de África. La mayoría continúa pidiendo un alto el fuego y un diálogo entre Congo y los rebeldes.
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Asadu informó desde Abuya, Nigeria
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.