Jurado otorga más de $500.000 a guatemaltecos que denunciaron explotación en granjas de Michigan

DETROIT (AP) — Un jurado ha otorgado más de 500.000 dólares a cinco hombres de Guatemala que dijeron haber sido explotados y mal pagados por un contratista laboral que los llevó a Michigan para plantar y cosechar frutas y verduras.

Gran parte del veredicto de la semana pasada — 450.000 dólares — fue en forma de daños punitivos contra Purpose Point Harvesting por violar una ley contra la trata de personas.

Intérpretes tradujeron del español al inglés mientras los cinco hombres testificaban en el tribunal en Grand Rapids. Recordaron tres temporadas como trabajadores que manejaron espárragos, manzanas, cerezas y otros cultivos en los condados de Oceana y Newaygo, desde 2017 hasta 2019.

A veces trabajaban 100 horas a la semana pero nunca les pagaban por más de 60, usaban linternas en la cabeza para recoger espárragos después de la medianoche y dormían en sofás, dijo la abogada Teresa Hendricks el miércoles.

“Les decían que si no les gustaba, era mejor que lo que podían ganar en Guatemala”, expresó.

“Son algunos de los hombres más valientes que conozco”, añadió Hendricks. “Tuvieron que venir a este país para defender sus valores y decir la verdad en una sala de audiencias extraña, en un pueblo que no conocen, frente a un jurado y exponerlo todo”.

Un abogado de Purpose Point dijo que otros trabajadores contradijeron las afirmaciones.

“En última instancia, el jurado toma una decisión basada en los hechos que se les permite ver. Seguimos negando las acusaciones y esperamos con interés las apelaciones”, manifestó Robert Alvarez.

Los hombres ingresaron a Estados Unidos bajo un programa federal, conocido como H-2A, que permite a las granjas utilizar mano de obra extranjera si no pueden encontrar trabajadores nacionales. Purpose Point actúa como intermediario, reclutando personas para llenar empleos en granjas de Michigan y manejando la nómina.

El jefe de la empresa es originario de la zona de Malacatán en Guatemala, la misma región de origen de los trabajadores, señaló Hendricks.

Dijo que es difícil encontrar trabajadores agrícolas extranjeros que estén dispuestos a hablar sobre salarios y condiciones laborales. Hendricks recordó haber conocido a uno de los hombres en un campo de maíz a altas horas de la noche.

“El temor a ser deportados antes de tiempo, perder sus trabajos y visas — esos eran miedos reales”, comentó.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.