Innovación pasa a segundo plano en pequeñas empresas al tiempo que aranceles ocupan toda su atención
Innovación pasa a segundo plano en pequeñas empresas al tiempo que aranceles ocupan toda su atención
NUEVA YORK (AP) — Robots de juguete que enseñan a los niños a programar. Calzado deportivo hecho en Estados Unidos. Utensilios de cocina resistentes al moho.
Estos tres artículos se encuentran entre los productos nuevos que se han detenido debido a las políticas comerciales impredecibles del presidente Donald Trump, según los fundadores de las empresas responsables de estos artículos estancados. Dicen que, en lugar de fomentar la innovación estadounidense, los aranceles de Trump la frenan con costos adicionales y trabajo imprevisto.
En Learning Resources, en Vernon Hills, Illinois, Made Plus, en Annapolis, Maryland, y Dorai Home, en Salt Lake City, la investigación y el desarrollo (I+D) han quedado relegados a un segundo plano ante el recalculo de presupuestos, la negociación con proveedores y el seguimiento de los envíos en el cambiante entorno arancelario.
“Si no tenemos suficiente efectivo para cubrir siquiera la reposición de las cosas que sabemos que necesitamos, ¿querríamos arriesgarnos con un producto nuevo cuando aún no sabemos qué tan bien se venderá?”, expuso Kelsey O’Callaghan, fundadora de Dorai Home.
O’Callaghan fundó la empresa de artículos ecológicos para el hogar con una alfombrilla de baño fabricada en piedra, y ahora ofrece alrededor de 50 accesorios de cocina y baño que son producidos en China con un material no tóxico que se seca rápidamente. Los nuevos lanzamientos son cruciales para aumentar las ventas y atraer clientes, agregó.
Cuando Trump incrementó los aranceles sobre los productos chinos al 20% y después hasta el 145%, antes de reducir el impuesto de importación al 30% durante 90 días, Dorai Home pospuso la introducción de nuevos productos. O’Callaghan dijo que tuvo que despedir al director general y al jefe de desarrollo de productos, quienes ayudaban a la empresa a adaptarse a las nuevas tendencias.
“Realmente no le he dedicado tiempo ni énfasis (a la innovación) porque estoy cubriendo demasiadas funciones de otras personas”, añadió.
La empresa suspendió los envíos desde China a principios de abril, pero reanudó algunos de forma escalonada tras la reducción de tarifas del presidente. El miércoles, Trump presumió los avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China.
Con detalles aún imprecisos y un acuerdo sin concretar, los empresarios entrevistados por The Associated Press reportaron que consideraban la guerra arancelaria como una amenaza constante.
Aranceles e innovación estadounidense
Los impedimentos potenciales a la innovación se producen tras la desaceleración económica ocurrida durante la pandemia de COVID-19, cuando las empresas también tuvieron que suspender proyectos. Algunos expertos creen que la aplicación intermitente de aranceles podría tener consecuencias más duraderas, ya que reconfigura los mercados y trastoca las estrategias empresariales.
“Cuando la atención ejecutiva pasa de la innovación al cumplimiento normativo, el flujo de la innovación se resiente. Las empresas terminan por optimizar para el panorama político en lugar de para el avance tecnológico”, escribieron en una entrada de blog en abril los economistas J. Bradford Jensen, investigador sénior no residente del Peterson Institute for International Economics (Instituto Peterson de Economía Internacional), y Scott J. Wallsten, presidente del grupo de expertos del Technology Policy Institute (Instituto de Política Tecnológica).
Trump ha argumentado que restringir las importaciones extranjeras mediante aranceles ayudará a revitalizar la menguada base manufacturera del país. Los analistas y diversos grupos comerciales han advertido que la fractura de los lazos comerciales y las cadenas de suministro podría deprimir la actividad de la investigación y el desarrollo de las empresas estadounidenses de tecnología y salud que dependen de alianzas internacionales o proveedores extranjeros.
Las pequeñas empresas, que con frecuencia impulsan las innovaciones que generan empleo y crecimiento económico, ya están bajo presión.
Con menos personal y presupuestos más ajustados en comparación con las grandes corporaciones, los emprendedores refieren que ahora dedican más tiempo a recortar costos, suspender o gestionar pedidos y decidir qué porcentaje de sus costos arancelarios cobrar a los clientes. Esto significa que tienen menos tiempo para pensar en sus futuras grandes ideas.
Schylling Inc., una empresa de Massachusetts que produce versiones modernas de lámparas de lava, Sea-Monkeys, My Little Pony y otros juguetes nostálgicos, fabrica sus productos en China. Como parte de su estrategia para compensar los aranceles, la empresa concedió el mes pasado una licencia temporal sin sueldo a un grupo de empleados para reducir gastos.
Beth Muehlenkamp, quien era directora de marketing de la empresa, era parte de ese grupo, pero ahora ella y varios otros que estaban en licencia fueron despedidos definitivamente a principios de este mes. Señaló que ella y otros miembros del personal normalmente estarían ocupados ahora en la planeación productos para los últimos meses de 2026. No obstante, Schylling no se centra en el diseño de nuevos productos dada la perspectiva comercial tan inestable.
“Es realmente difícil centrarse en la innovación y la creatividad cuando uno está absorto en el día a día de cómo vamos a equilibrar las cuentas y lidiar con las tasas cambiantes”, expresó Muehlenkamp.
Una cartera de productos desigual
Incluso algunas empresas que fabrican sus productos en Estados Unidos reducen sus inversiones en productos nuevos. Made Plus, una empresa de Maryland que fabrica calzado deportivo en una pequeña fábrica en la capital del estado, suspendió una línea para golf que tenía prevista porque dos componentes clave —una plantilla de espuma y la suela que tiene una textura diseñada para la tracción— se producen actualmente en China, dijo su fundador, Alan Guyan.
La empresa personaliza su calzado a solicitud del cliente y cobra entre 145 y 200 dólares por un par. El calzado está fabricado con botellas de plástico recicladas y mediante técnicas avanzadas de tejido, impresión 3D y técnicas de costura computarizada. Ahora considera la posibilidad de obtener componentes de Vietnam en lugar de China.
Adoptar nuevas tecnologías es esencial para restaurar la capacidad de fabricación en Estados Unidos y competir con Asia, agregó Guyan. No obstante, dadas las continuas fricciones comerciales, confesó que no quiere invertir tiempo ni dinero en evaluar las máquinas de bordado y tejido más modernas, que provienen de Alemania, Italia, China y Estados Unidos.
“Estamos cerrando filas un poco y esperando que haya suficiente influencia en la comunidad del calzado para que esto cambie de algún modo y se resuelva para que podamos avanzar”, expresó sobre la montaña rusa arancelaria.
En contraste, muchas grandes empresas siguen adelante. Alphabet —la empresa matriz de Google— confirmó a finales del mes pasado que aún planeaba utilizar 75.000 millones de dólares en gastos de capital este año, y que la mayor parte del dinero se destinaría a tecnologías de inteligencia artificial.
¿Qué sigue para la I+D?
Sonia Lapinsky, vicepresidenta ejecutiva de la firma consultora AlixPartners, ha aconsejado a sus clientes limitar las discusiones arancelarias a un pequeño grupo de ejecutivos y mantener activos sus ciclos de creación de productos.
Las empresas tienen una necesidad aún mayor de crear innovaciones que llamen la atención cuando los consumidores podrían mostrarse reacios a abrir sus carteras, dijo.
Sin embargo, las empresas más pequeñas pueden tener dificultades para aislar las negociaciones arancelarias del resto de la empresa.
El director general de Learning Resources, Rick Woldenberg, explicó que entre el 25% y el 30% de los 350 empleados en la sede de la empresa de juguetes educativos, incluidos los desarrolladores de productos, trabajan al menos a tiempo parcial en tareas relacionadas con los aranceles.
La empresa suele desarrollar 250 productos diferentes al año y espera llevar a producción la mitad de esa cantidad para 2026, agregó Woldenberg. Mientras explora fábricas en países distintos a China, añadió, Learning Resources retrasó la próxima generación de sus robots interactivos que ayudan a los niños a desarrollar habilidades de programación informática mediante juegos y otras actividades.
La empresa familiar y la otra empresa de juguetes de Woldenberg, hand2Mind, están enfrascadas en una batalla legal con el gobierno de Trump. Las empresas, de propiedad conjunta, presentaron una demanda en la que acusan al presidente de excederse en su autoridad al invocar una ley de poderes de emergencia para imponer aranceles.
Un juez federal falló a favor de las dos empresas el mes pasado, y el gobierno ha apelado la decisión. Woldenberg dijo estar listo para llevar el caso ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
“Es una victoria en la Corte Suprema lo que necesitamos”, puntualizó. “Así que, hasta entonces, no habrá certeza. Incluso entonces, si el gobierno está decidido a mantenernos en una situación incierta, tendrá la capacidad para hacerlo”.