Bagdad invita al nuevo presidente sirio a una cumbre, lo que genera división política en Irak

BAGDAD (AP) — Una invitación oficial al nuevo presidente sirio, Ahmad al Sharaa, para asistir a la próxima cumbre de la Liga Árabe en Bagdad ha desencadenado fuertes divisiones políticas dentro de Irak.

Al Sharaa asumió el poder tras liderar una ofensiva relámpago rebelde que derrocó a su predecesor, Bashar Assad, en diciembre. Desde entonces, se ha posicionado como un estadista que busca unir y reconstruir su país después de casi 14 años de guerra civil, pero su pasado como miliciano islamista suní ha provocado recelo en muchos, incluidos los grupos chiíes en Irak.

Anteriormente conocido por el nombre de guerra Abu Mohammed al Golani, Al Sharaa se unió a las filas de los insurgentes de Al Qaeda que combatían a las fuerzas de Estados Unidos en Irak tras la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 y aún enfrenta una orden de arresto por cargos de terrorismo en Irak.

El primer ministro, Mohammed Shia Al Sudani, confirmó la semana pasada que Irak había extendido una invitación formal a Al Sharaa para asistir a la cumbre del 17 de mayo, tras una reunión no anunciada previamente entre ambos en Qatar. Al Sharaa no ha confirmado si planea asistir.

Irak, que tiene fuertes lazos tanto con Estados Unidos como con Irán, ha buscado posicionarse como un mediador regional. Ha albergado conversaciones entre los rivales regionales Irán y Arabia Saudí antes de que llegaran a un acuerdo para normalizar relaciones.

Muchos actores iraquíes y regionales ven la invitación a Al Sharaa como una oportunidad para fortalecer la imagen de Bagdad como un centro de diplomacia regional.

Sin embargo, ha surgido una fuerte oposición a la invitación de Al Sharaa por parte de poderosas facciones chiíes alineadas con Irán. Teherán, que apoyó a Assad en la guerra civil de Siria y utilizó Siria como un conducto para llevar armas de contrabando al grupo político y militar Hezbollah en Líbano, está ampliamente considerado como el mayor perdedor tras la destitución de Assad.

Varias milicias chiíes iraquíes lucharon junto a las fuerzas de Assad durante la guerra civil que siguió a su brutal represión de las protestas prodemocráticas en 2011, lo que hace de Al Sharaa una figura particularmente sensible para ellas.

Mustafa Sand, miembro del parlamento del Marco de Coordinación —una coalición de facciones aliadas de Irán que llevó al poder a Al Sudani en 2022— dijo en un video publicado en X, anteriormente Twitter, que el Ministerio de Exteriores se había comunicado con el Consejo Judicial Supremo de Irak para verificar si se había emitido una orden de arresto contra Al Sharaa y que el consejo había confirmado la existencia de una orden válida.

Un funcionario de seguridad que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para comentar públicamente confirmó la existencia de la orden a The Associated Press.

El Partido Islámico Dawa, liderado por el ex primer ministro Nouri al Maliki —una de las figuras más influyentes en la coalición gobernante de Irak— instó al gobierno en un comunicado a “asegurarse de que cualquier participante en la cumbre tenga un historial judicial limpio, tanto a nivel local como internacional”.

“La sangre de los iraquíes no es barata, y aquellos que han violado su santidad o cometido crímenes documentados contra ellos no deberían ser bienvenidos en Bagdad”, añadió.

Por su parte, un portavoz de la poderosa milicia Kataib Hezbollah, Abu Ali al Askari, dijo en un comunicado que “se han celebrado cumbres árabes sin el presidente Assad, Irak o Libia. Ciertamente no se detendrán porque el criminal Abu Mohammad al Golani (...) no esté presente”.

Por otro lado, las facciones políticas suníes se han unido para defender la inclusión de Al Sharaa en la cumbre. El exdiputado Dhafir Al Ani, un destacado suní, dijo que apoya los intentos de Bagdad de construir lazos con las nuevas autoridades sirias.

“Impedir su presencia sería una puñalada en el corazón del gobierno iraquí y una señal de que la violencia aún dicta el destino del país”, expresó.

El gobierno iraquí no ha respondido públicamente a la reacción.

Una orden de arresto no impediría necesariamente que Al Sharaa participe en la cumbre. Otros países han optado por renunciar a medidas similares. En diciembre, después de la caída de Assad, Estados Unidos dijo que había decidido cancelar la recompensa de 10 millones de dólares que había ofrecido previamente por la captura de Al Sharaa, aunque Washington tampoco ha reconocido oficialmente al nuevo gobierno sirio.

Sin embargo, los observadores dijeron que la controversia muestra las profundas divisiones dentro del sistema político de Irak y subraya los desafíos que enfrentan los esfuerzos de reconciliación nacional.

“Algunos ven dar la bienvenida a Al Sharaa como un insulto a la memoria de las víctimas de Irak, mientras que las facciones suníes ven su participación como una victoria política”, dijo el analista político Munaf Al Musawi, director del Centro de Estudios Estratégicos de Bagdad. “Esto podría suponer un riesgo de avivar las tensiones religiosas”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.