Mientras Israel ataca a Irán, muchos se preguntan si EEUU intervendrá
Un hombre mira llamas que se elevan de una instalación de almacenamiento de crudo después de que pareciera haber sido alcanzada por un ataque israelí, el domingo 15 de junio de 2025, en Teherán, Irán. (AP Foto/Vahid Salemi)
DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — A medida que los ataques israelíes matan a altos generales iraníes, eliminan defensas antiaéreas y dañan sitios nucleares, muchos se preguntan si el presidente Donald Trump profundizará la participación de Estados Unidos en el conflicto.
Desde hace tiempo, Trump ha criticado lo que él llama las “estúpidas guerras interminables” libradas por sus predecesores, incluidas las de Afganistán e Irak, donde Washington ayudó a derrocar gobiernos. Pero en un momento en que el gobierno de Irán parece estar cada vez más frágil, si Estados Unidos se involucra, sus ataques podrían ayudar a dañar gravemente el programa nuclear del país o incluso poner fin a su teocracia de cuatro décadas.
“Yo podría hacerlo, o podría no hacerlo”, declaró Trump en un diálogo con periodistas en la Casa Blanca con respecto a si ha decidido ordenar un ataque de Estados Unidos. “Quiero decir, nadie sabe lo que voy a hacer”.
Pero la historia reciente de los intentos de Estados Unidos de reestructurar el Oriente Medio por la fuerza es una de errores costosos y fracasos colosales, y hay muchas lecciones duramente aprendidas para cualquiera que quiera intentarlo de nuevo.
El éxito inicial a menudo es efímero
Las fuerzas especiales de Estados Unidos y sus aliados afganos expulsaron a los talibanes del poder y persiguieron a Osama bin Laden hasta Pakistán en los meses posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001. Los tanques estadounidenses entraron en Bagdad semanas después de la invasión de 2003 que derrocó a Saddam Hussein en Irak.
Ambas guerras se extendieron durante años.
Los talibanes libraron una insurgencia tenaz durante dos décadas y retomaron el poder cuando Washington realizó una retirada caótica en 2021. El derrocamiento de Saddam sumió a Irak en el caos, con insurgentes suníes y milicias chiíes enfrentándose entre sí y contra las fuerzas estadounidenses.
Israel podría tener éxito en eliminar las defensas antiaéreas de Irán, sus misiles balísticos y gran parte de su programa nuclear. Pero de todas formas quedarían cientos de miles de efectivos en el ejército, la Guardia Revolucionaria y las fuerzas conocidas como el Basij, que desempeñaron un papel clave en sofocar oleadas de protestas antigubernamentales en los últimos años.
Las fuerzas de infantería son clave, pero no garantizan el éxito
Los ataques aéreos nunca han sido suficientes por sí solos.
Por ejemplo, veamos el caso del dictador libio Moamar Gadafi. Sus fuerzas resistieron una campaña aérea de la OTAN de siete meses en 2011 antes de que los rebeldes, que avanzaban de ciudad en ciudad, finalmente lo acorralaran y mataran.
Actualmente no hay grupos insurgentes en Irán capaces de enfrentarse a la Guardia Revolucionaria, y es difícil imaginar a las fuerzas israelíes o estadounidenses lanzando una invasión terrestre de un país montañoso de unos 80 millones de personas que es aproximadamente cuatro veces más grande que Irak.
Una división en las propias fuerzas de seguridad de Irán proporcionaría una insurgencia pronta, pero probablemente también sumiría al país en una guerra civil.
Además está la cuestión de cómo responderían los iraníes de a pie.
Las protestas en los últimos años muestran que muchos iraníes creen que su gobierno es corrupto y represivo, y darían la bienvenida a su desaparición. Pero la última vez que una potencia extranjera atacó Irán —la invasión iraquí de 1980— la población se aglutinó en torno a la bandera.
En este momento, muchos parecen estar manteniéndose al margen o abandonando la capital.
Cuidado con los grupos de oposición en el exilio
Algunos de los mayores defensores de la invasión de Irak por parte de Estados Unidos fueron figuras de la oposición en el exilio, muchos de los cuales habían dejado el país décadas antes. Cuando regresaron, en esencia respaldados por los tanques estadounidenses, fueron marginados por grupos armados locales más leales a Irán.
Hay varios grandes grupos de oposición iraníes establecidos en el extranjero, pero no están unidos y no está claro cuánto apoyo tienen dentro del país.
Lo más cercano a una figura de oposición unificadora es Reza Pahlavi, el hijo del sha que fue derrocado en la Revolución Islámica de 1979, con la cual la teocracia llegó al poder. Pero muchos iraníes tienen amargos recuerdos de la represión durante el gobierno del sha, y otros podrían rechazar a Pahlavi por su acercamiento a Israel, especialmente si intenta llegar al poder con el respaldo de una invasión extranjera.
El caos está prácticamente garantizado
En Afganistán, Irak y Libia —y en Siria y Yemen después de sus alzamientos populares de 2011— surgió un patrón familiar cuando los gobiernos fueron derrocados o seriamente debilitados.
Surgieron grupos armados con proyectos que competían entre sí. Los países vecinos respaldaron a sus propios representantes locales. Hubo un amplio ingreso de armas, y gran número de civiles huyó. La lucha en algunos lugares se transformó en una guerra civil total, y grupos extremistas cada vez más violentos surgieron a partir del caos.
Cuando todo terminó, Saddam fue reemplazado por un gobierno corrupto y a menudo disfuncional, al menos tan amistoso con Irán como lo era con Estados Unidos. Gadafi fue reemplazado por gran cantidad de milicias, muchas de ellas aliadas con potencias extranjeras. Los talibanes fueron reemplazados por los talibanes.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.