María Corina Machado, la figura opositora de Venezuela que pasó meses en clandestinidad hasta ahora
María Corina Machado, la figura opositora de Venezuela que pasó meses en clandestinidad hasta ahora
CARACAS (AP) — La líder opositora venezolana María Corina Machado, la figura con más visibilidad y empuje social en Venezuela, reapareció el jueves luego de varios meses de clandestinidad, en una multitudinaria concentración en Caracas, que estuvo rodeada de confusión debido a que al final del evento fue retenida por las autoridades, según su equipo, y posteriormente liberada.
Machado se ha convertido en el último año en una de las principales amenazas para el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que desmintió haberla detenido tras comparecer ante miles de seguidores convocados contra la toma de posesión presidencial prevista para el viernes.
Considerada la figura más representativa de la oposición venezolana, Machado convocó a concentraciones en cuatro sectores de la capital venezolana y en los principales centros poblados de los 23 estados del país, en respaldo de Edmundo González, quien es reconocido como presidente electo por varios gobiernos tras mostrar pruebas creíbles de su victoria en las elecciones de 2024.
Maduro fue declarado ganador en julio del año pasado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo colegiado de mayoría oficialista que anunció sin presentar evidencias que el mandatario obtuvo 6,4 millones de votos frente a los 5,3 millones que recibió González. La oposición recopiló y exhibió un 83,5% de las actas de votación como prueba de la victoria de González por 2 a 1 frente a Maduro, que fueron avaladas internacionalmente por observadores electorales como el Centro Carter o las Naciones Unidas.
La exlegisladora no había sido vista en público desde hace casi cinco meses. A finales de agosto de 2024 anunció que permanecería en clandestinidad por una investigación de la fiscalía venezolana en su contra por supuesta instigación a la insurrección y traición a la patria, a raíz de las protestas poselectorales del año pasado.
Los ataques desde el oficialismo hacia Machado se intensificaron en los últimos meses. Algunos de sus más cercanos colaboradores, dirigentes de su partido Vente Venezuela y figuras opositoras han sido detenidas en situaciones que la oposición ha denunciado como atosigamiento de las autoridades.
A pesar de que ella fue inhabilitada para ejercer cargo público por 15 años, por orden de una Contraloría controlada por el gobierno, la exlegisladora de 57 años tuvo un papel preponderante en el pasado proceso electoral venezolano. Impulsó y acompañó la campaña que realizó por todo el país del exembajador Edmundo González, quien fue el candidato de la coalición opositora.
Sus consignas de “libertad” y “hasta el final”, alusivas al cambio total de modelo que promete para Venezuela, retumbaron por todos los rincones de un país acechado por años por una profunda crisis económica y social.
El jueves de nuevo, su alcance social se hizo notar al cosechar multitudinarias concentraciones tras su llamado a la protesta. “Quisieron enfrentarnos y Venezuela se unió hoy y no tenemos miedo... ¡Óiganlo bien: esto se acabó!”, dijo ante sus seguidores tras reaparecer públicamente.
La posición de liderazgo que ha alcanzado la política liberal es atribuida por los analistas al vacío que dejaron al huir del país otros dirigentes opositores —algunos de ellos también adversarios de Machado—, tras las fracasadas insurrecciones del 2014, 2017 y 2019 que promovió la oposición para arrebatar el poder al presidente Maduro.
El mensaje de cambio de Machado alentó las esperanzas entre muchos venezolanos que se mostraban resignados a vivir entre la recesión, una galopante inflación, paupérrimos salarios, las recurrentes fallas en los servicios públicos, y la dolorosa migración de sus familiares.
Pese a las divergencias y fracturas que han torpedeado desde dentro las ambiciones de la oposición venezolana por años, la exlegisladora logró cohesionar un gran bloque opositor.
El discurso moderado que asumió Machado desde el 2023 al retomar la vía electoral luego de años de llamar al boicot, le permitió atraer a los sectores menos radicales de la oposición.
Atrás quedaron los años en los que la ingeniera industrial, hija de un acaudalado empresario siderúrgico, desafió en 2004 al poderío oficialista desde la organización civil Súmate al promover un infructuoso referendo revocatorio de mandato contra el entonces presidente Hugo Chávez (1999-2013). Tras esa iniciativa, a ella y otros directivos de Súmate les abrieron un proceso judicial por conspiración.
En 2010, saltó formalmente al ruedo político para competir en las elecciones legislativas y ganó un escaño en la Cámara de Diputado como la diputada más votada.
Antes de ser la líder opositora que arrastra apoyos a pie de calle, Machado intentó ser en 2012 la candidata de la entonces conocida como la Mesa de la Unidad Democrática. Quedó tercera, detrás del dirigente Leopoldo López y del exgobernador Henrique Capriles, quien se midió con Chávez en los comicios de ese año, en los que el mandatario logró su tercera reelección antes de morir de cáncer en marzo del año siguiente.
Además de la inhabilitación de la Contraloría, enfrentó en 2014 un proceso judicial junto a Leopoldo López —quien fue apresado ese año y seis años después huyó a España— y otros dirigentes del ala más radical de la oposición por promover unas protestas callejeras contra Maduro, que dejaron 43 fallecidos.
Durante los siguientes nueve años se apartó de la primera fila de la política y se concentró en consolidar la organización de centro-derecha Vente Venezuela —que había nacido en 2012— y en respaldar las diferentes protestas e iniciativas de los sectores adversos a Maduro. Mantuvo un perfil secundario hasta su regreso en 2023 y su posterior respaldo a Edmundo González en las últimas elecciones.