Varios policías declaran como testigos en el juicio en Argentina por la muerte de Maradona

BUENOS AIRES (AP) — El juicio a siete profesionales de la salud acusados del homicidio por negligencia de Diego Maradona transcurrió el martes con el testimonio de varios policías que el 25 de noviembre de 2020 fueron llamados a una casa en las afueras de Buenos Aires donde el astro futbolístico que había fallecido poco antes yacía con el abdomen muy inflamado en una habitación carente de “elementos médicos”.

Lucas Farías, Lucas Borge, Javier Leonardo Mendoza y Hugo Carranza contestaban ante el tribunal integrado por tres jueces, los fiscales y abogados de los imputados distintas preguntas sobre quién les solicitó acudir a la vivienda donde el exfutbolista cumplía una internación domiciliaria, la situación en que vieron su cuerpo inerte y qué cuidadores estaban en ese momento.

Maradona murió a los 60 años en una casa situada en el municipio bonaerense de Tigre, días después de ser operado en una clínica de un hematoma formado entre el cráneo y el cerebro. Según la fiscalía, los profesionales imputados que estaban a su cuidado durante su convalecencia no le brindaron la atención médica adecuada, lo que habría desembocado en su muerte.

Borge fue el primero que testificó en la audiencia que tuvo lugar en la sede del tribunal, cerca de la capital argentina. El policía afirmó que entró a la habitación donde en una cama estaba postrado Maradona: “Estaba acostado, ya fallecido, tapado con una sábana blanca como si estuviese durmiendo. Tenía la panza muy hinchada, tenía una remera (camiseta) negra y un short de gimnasia”, contó.

Su relato hizo recordar a que, en días previos, uno de los fiscales del juicio mostró una imagen del ídolo argentino en esa cama, con el abdomen muy protuberante y los ojos cerrados, tomada después de su fallecimiento.

En respuesta a las preguntas de abogados que representan a familiares de Maradona, Borge acotó que la cama en cuestión no era “hospitalaria” sino “un somier común y corriente” y que no había un desfibrilador en la habitación.

El policía explicó que ese 25 de noviembre, alrededor de la 1 de la tarde, había recibido una llamada de un superior, que le informó que en el barrio privado San Andrés “aparentemente Maradona estaba descompensado”.

A partir de ese momento, se comunicó con el agente Farías, en ese momento jefe de destacamento en la localidad cercana de Villa La Ñata, y con Mendoza, a cargo de una comisaría en el municipio de Tigre, para que fueran al lugar.

Borge explicó que llegó a la casa a las 2 de la tarde, donde vio al personal de seguridad, a varios familiares del exfutbolista y a miembros del equipo médico asignado para cuidarlo que hoy están siendo juzgados. También se encontró en el lugar con Mendoza y Farías, que habían arribado previamente.

Farías testificó por su lado que vio a Maradona “boca arriba, con el abdomen inflamado a punto de explotar”. “Me sorprendió verlo así, la forma cadavérica. No pensé encontrarme nunca con esa imagen”, agregó el agente.

Farías acotó que no había “elementos médicos” alrededor y que tratándose de una internación tendría que haber visto “por lo menos un suero”.

A su turno, Mendoza testificó que no llegó a entrar a la vivienda. Al ver que comenzaban a congregarse curiosos del barrio colaboró en la formación de “un anillo de seguridad” en el exterior.

Los representantes de los familiares de Maradona han señalado que la vivienda no estaba habilitada adecuadamente para “una persona que merecía cuidados serios”.

El tribunal deberá determinar si los acusados son culpables del delito de homicidio simple por dolo eventual, que es cuando el victimario sabe que su conducta puede ocasionar un daño, pese a lo cual continúa con la acción. Contempla una pena máxima de 25 años de prisión.

Entre los juzgados está Leopoldo Luque, médico personal del campeón del mundo y quien le practicó la cirugía por el hematoma subdural. Además está la psiquiatra Agustina Cosachov, que prescribió la medicación que consumió Maradona hasta el momento de su deceso. También están bajo proceso un psicólogo, médicos y enfermeros.

Una enfermera que también está imputada por el mismo delito será juzgada en un proceso por jurados populares más adelante.

Los procesados niegan haber actuado con negligencia en el cuidado de Maradona y apuntan que su familia quería que el tratamiento médico fuera en ese lugar.

Un informe realizado por un perito y esgrimido por las defensas de Luque y Cosachov señala que Maradona murió de forma abrupta de un “paro cardiorrespiratorio secundario a edema agudo de pulmón producido por insuficiencia ventricular izquierda”. Establece que fue una agonía corta.

Contradice un primer informe de la policía científica bonaerense que había señalado que Maradona fue aquejado de una insuficiencia cardíaca con agonía de hasta 12 horas, que su muerte había sido previsible y que el accionar médico fue deficiente.

Al momento de morir, Maradona estaba dirigiendo a Gimnasia de La Plata. Padecía problemas de adicción al alcohol.