PSG aplasta 4-0 a Inter Miami y Messi para alcanzar los cuartos de final del Mundial de Clubes
PSG aplasta 4-0 a Inter Miami y Messi para alcanzar los cuartos de final del Mundial de Clubes
ATLANTA (AP) — La abismal brecha de jerarquía entre el actual campeón de Europa y un equipo de la MLS que lleva seis años de existencia quedó plasmada el domingo en el Mundial de Clubes.
João Neves firmó un doblete y el Paris Saint-Germain humilló a Lionel Messi y su Inter Miami, con un lapidario triunfo 4-0 que llevó al equipo del técnico Luis Enrique a los cuartos de final del ampliado torneo de la FIFA.
En una temporada en la que conquistó la Liga de Campeones, además de los otros tres títulos en juego en Francia, el PSG ratificó con creces sus credenciales como candidato de adueñarse del trono como campeón del mundo.
“Tuvimos un inicio de partido casi perfecto y creamos muchas oportunidades”, resaltó Luis Enrique tras la victoria en el estadio Mercedes-Benz de Atlanta.
En octavos, con Atlanta otra vez como sede, el PSG se las verá contra el Bayern Múnich, que a segunda hora venció 4-2 a Flamengo de Brasil en Miami.
Con Messi midiéndose contra el equipo en el que militó las dos temporadas previas a su sonada marcha a la liga de Estados Unidos en el tramo final de su extraordinaria carrera, los parisinos se ensañaron contra las Garzas, sin dar margen alguno para que se gestase una sorpresa monumental.
“La diferencia es la que es”, dijo Javier Mascherano, el técnico argentino de Miami. “Estamos ante, probablemente, el mejor equipo del mundo”.
Neves anotó su primer gol cuando apenas habían transcurrido seis minutos al cabecear un tiro libre ejecutado por su compatriota portugués Vitinha. El volante añadió su segundo gol a los 39 minutos tras un garrafal error de Sergio Busquets en la salida con el balón.
“Muy pronto nos pusimos con uno en contra. Sabiendo la diferencia nos constó un poco más. Cometimos errores y un equipo como el PSG te castiga”, reconoció Busquets.
Miami se derrumbó por completo en el cierre de la primera parte, con el autogol de Tomás Avilés y el tanto de Achraf Hakimi.
Para entender lo desigual que fue el primer tiempo, el PSG firmó más goles que la cantidad de pases completados por Miami (3) en su tercio ofensivo, de acuerdo con el proveedor de estadísticas Opta.
Hizo recordar la histórica paliza 5-0 que el PSG le propinó al Inter de Milán hace un mes en la final de la Liga de Campeones, cuando los parisinos alzaron por primera vez la Copa de Europa.
¿Y Messi?
Amén del recital del PSG y demasiado marcado, el astro argentino pasó inadvertido en el primer tiempo.
Para colmo de males, Miami perdió temprano a su central Noah Allen por una lesión muscular en la pierna izquierda, teniendo que ser reemplazado por Tomás Avilés.
La presión alta del PSG asfixió a un rival que difícilmente podía mantener la posesión del balón. Después del primer gol de Neves, el veterano atacante uruguayo Luis Suárez —uno de los varios jugadores de Miami que Luis Enrique dirigió una década atrás en el Barcelona— no ocultó al desesperación al clamarle a sus compañeros que estuvieran más atentos.
El segundo tiempo fue un mero entrenamiento para el PSG, que sacó el pie del acelerador para regular fuerzas. Luis Enrique hizo ingresar a Ousmane Dembélé, el atacante francés que fue la gran figura del equipo durante la temporada y que había estado sin jugar tras lesionarse en las semifinales de la Liga de Naciones de la UEFA.
“La segunda mitad fue diferente, pero estoy feliz”, dijo Luis Enrique. “Necesitamos mejorar algunas cosas, como siempre, pero estoy muy feliz con el equipo”.
Para Miami, el objetivo en el complemento se concentró en un esfuerzo inútil por rasguñar el descuento por cuenta de Messi. Suárez, Jordi Alba y Messi armaron un puñado de situaciones de peligro, pero el marcador no volvió a moverse.
Se dio lo esperado desde que el choque en Atlanta quedó pautado, por las amplias diferencia de trayectoria, volumen y edad en los planteles.
Mientras que el PSG es un colectivo joven (Neves, Vitinha y Khvicha Kvaratskhelia no pasan de los 35 años) y bien engrasado en cada sector, Miami tiene un núcleo de jugadores sobre los 35 años (Messi, Suárez, Alba y Busquets) que están más cerca de colgar los botines.
En todo caso, Messi y compañía excedieron las expectativas al sobrevivir la fase de grupos en la que derrotaron al FC Porto y empataron con Palmeiras. Sucumbir contra Miami provocó una tensa escena para el cuadro luso al regresar a casa, con insultos y protestas en el aeropuerto que obligaron a la intervención de la policía.
“Este partido sirve para coger experiencia, para que el club siga creciendo”, rescató Busquets. “Sabíamos que nos iba a costar, debíamos intentar estar muy juntos. Tuvimos mala suerte de tener en el cruce al campeón de Europa. Nos tenemos que ir contentos con lo que fue el torneo para nosotros”.
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