Agencias de reasentamiento se apuran para ayudar a refugiados antes del segundo mandato de Trump

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En esta imagen, tomada el 3 de enero de 2025, Rogers López, posa para una foto junto a su esposa, Karina Cañizarez, y su hijo Jesús David en el exterior de su apartamento en New Milford, Connecticut. (AP Foto/Jessica Hill)

NEW MILFORD, Connecticut, EE.UU. (AP) — Rogers López sabe lo afortunada que es su familia al instalarse en su apartamento amueblado de dos habitaciones en un suburbio de Connecticut, justo antes de que el presidente electo Donald Trump asuma el cargo.

López, su esposa Karina Cañizarez y su hijo Jesús, de 5 años, son refugiados de Venezuela y Colombia que fueron acogidos por un equipo de voluntarios cuando llegaron en diciembre. Encuentros similares se repitieron en todo el país mientras los grupos de reasentamiento aprovechaban los últimos días del presidente Joe Biden en la Casa Blanca para encontrar hogares para los refugiados antes de que Trump limite drásticamente, si no la elimina, esta vía hacia la seguridad y la ciudadanía.

“Siempre, el proceso de refugio es difícil”, dijo López, de 29 años, que contró que los “problemas políticos” lo obligaron a salir de Venezuela. “Pero será mucho mas difícil más adelante”.

El Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos ha recibido a más de tres millones de personas desde que el Congreso lo creó en 1980 para proteger a quienes temen ser perseguidos debido a su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opinión política.

Trump, que impuso límites estrictos a la llegada de refugiados en su primer mandato, prometió “suspender el reasentamiento” como parte de un esfuerzo más amplio para “terminar inmediatamente la invasión migratoria de Estados Unidos”.

Los presidentes suelen establecer sus objetivos y Biden los aumentó, citando “la generosidad que siempre ha estado en el corazón del espíritu estadounidense”, y los miles de millones de dólares que los refugiados han aportado a la economía estadounidense.

Casi 30.000 refugiados llegaron al país en los tres últimos meses de 2024, acercándose al límite anual de 125.000 fijado por el gobierno de Biden. En el último año de la presidencia de Trump se admitió a cerca de 11.000, la cifra más baja desde el inicio de los reasentamientos.

“La gente está desesperada por hacer el trabajo ahora porque tenemos una idea bastante clara de que toda la inmigración va a cesar, al menos por un tiempo, cuando él asuma el cargo”, dijo Michele Shackelford, presidenta del grupo de Reasentamiento de Refugiados de New Milford, que ayuda a López y a su familia.

Aunque a menudo se les confunde con los solicitantes de asilo que llegan directamente a la frontera entre México y Estados Unidos, los refugiados enfrentan un proceso mucho más riguroso. Si la agencia de Naciones Unidas para los refugiados considera que cumplen los requisitos, son entrevistados por funcionarios de inmigración estadounidenses y deben pasar controles de antecedentes penales y exámenes médicos. El proceso puede tomar años.

Conscientes de que Trump puede cerrar las puertas casi inmediatamente, Maria Mostajo, una exfiscal de Manhattan, y Carolyn Setlow, una ejecutiva de negocios retirada, han estado trabajando frenéticamente para reubicar a familias en Connecticut a través de un proyecto que fundaron en su pequeño pueblo de Washington.

“Si Trump llega y pone fin a estas entradas o, como ha hecho en el pasado, reduce el número de personas que pueden entrar por año, eso significa básicamente que de todas esas personas que están en el proceso, cada vez van a poder entrar menos”, apuntó Mostajo.

Durante la caída del gobierno de Afganistán apoyado por Washington, Mostajo y Setlow organizaron una reunión comunitaria en la que solicitaron voluntarios y fondos para ayudar a establecer a una familia afgana de seis personas. Gracias a varias iniciativas de recaudación de fondos, incluyendo una campaña de GoFundMe y una fiesta donada por una destilería local, recaudaron 80.000 dólares, así como donaciones de muebles y ropa, ayuda legal gratuita y clases de inglés, entre otras cosas.

Ella y Setlow se dieron cuenta de que su Proyecto de Reasentamiento de Washington podría ayudar a más refugiados concediendo subvenciones de hasta 10.000 dólares a otros colectivos voluntarios. Desde las presidenciales, han otorgado fondos al grupo de New Milford y a tres más, con otros dos en proceso, explicó Mostajo.

Tras la victoria de Trump, organizaciones benéficas globales como Church World Service instaron a voluntarios en todo el país a crear rápidamente más grupos de patrocinio privados como parte de Welcome Corps, una iniciativa del Departamento de Estado lanzada en 2023 para animar a los ciudadanos a responsabilizarse por los refugiados entrantes. Estos grupos necesitan recaudar un mínimo de 2.425 por persona para cubrir sus gastos durante los 90 primeros días.

Las organizaciones de reasentamiento más grandes hacen los emparejamientos. Para Connecticut, funcionarios federales dijeron a Integrated Refugee & Immigrant Services en New Haven que esperaran alrededor de 130 llegadas entre finales de noviembre y enero. IRIS, que recibe 2.375 dólares por persona del Departamento de Estado, se comunicó con alrededor de 50 grupos comunitarios para reubicar a tantas como fuera posible antes de la toma de posesión de Trump el lunes, indicó Mohammad Daad Serweri, que gestiona los patrocinios en IRIS.

En apenas dos semanas, los voluntarios de New Milford lograron encontrar un apartamento y equiparlo con alimentos, juguetes y muebles de segunda mano. Esperan que la familia López-Cañizarez se integre en la comunidad, encuentre empleo y pueda asumir por completo sus gastos en un año.

La pareja no se imaginaba que recibiría tanta ayuda y nunca soñaron con poder vivir en un lugar donde se sintieran tan seguros.

“No lo sabíamos”, dijo Cañizarez. “Esto ha sido maravilloso para nosotros porque son excelentes personas (...) nos recibieron cono una familia”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.