Fabricantes de robots en EEUU buscan superar a China, pero los aranceles podrían ser un factor
Un robot de Unitree saluda a un invitado de una convención en la Robotics Summit & Expo, el miércoles 30 de abril de 2025, en Boston. (AP Foto/Charles Krupa)
BOSTON (AP) — Los aranceles no estaban en la agenda oficial de la Cumbre de Robótica de esta semana, donde miles de trabajadores de la industria tecnológica se mezclaron entre humanoides y otras variedades de robots para discutir la manera de construir y vender una nueva generación de máquinas cada vez más autónomas.
No por eso, fueron ignorados.
“Acérquense a los micrófonos”, dijo el orador principal Aaron Saunders, director de tecnología de Boston Dynamics, mientras invitaba a los asistentes a formularle preguntas. “Y soy el CTO, así que no me pregunten sobre aranceles”.
La multitud rió y obedeció. Pero al dirigirse a la sala de exhibiciones del centro de convenciones de Boston —donde fueron recibidos por un humanoide de la empresa china Unitree— era difícil ignorar el impacto de los amplios aranceles que ordenó el presidente Donald Trump y las medidas de represalia de su principal objetivo, China.
Los aranceles “es de lo que más hablamos en los pasillos y junto a los bebederos con personas que he conocido durante muchos años”, dijo el organizador del evento Steve Crowe, presidente de la Cumbre y Exposición Anual de Robótica. “Creo que definitivamente está en la mente de todos, porque hay mucha incertidumbre sobre lo que va a suceder”.
Estas preocupaciones giran en torno a la compleja anatomía de un robot, la cual incluye motores y actuadores para mover sus extremidades, computadoras para impulsar su inteligencia artificial y dispositivos de detección para ayudarles a reaccionar a su entorno. Los sensores, semiconductores, baterías y los imanes de tierras raras son algunos de los componentes más sensibles a las disputas comerciales globales.
El director general de Tesla y multimillonario asesor de Trump, Elon Musk, advirtió durante una llamada con inversionistas la semana pasada que las contramedidas de China que restringen los envíos de imanes de tierras raras retrasarán el desarrollo de los robots humanoides Optimus de la compañía.
En la cumbre del miércoles y jueves, algunos fabricantes de humanoides veían un posible aspecto positivo en los cambios geopolíticos a medida que las empresas estadounidenses buscan con más detalle suministros nacionales de piezas y el desarrollo de robots dentro del país que puedan automatizar fábricas y almacenes.
“Ha añadido algunas inconveniencias a nuestra propia cadena de suministro. Pero también ha abierto oportunidades”, dijo Pras Velagapudi, director de tecnología de Agility Robotics, con sede en Oregón. La empresa ha iniciado el despliegue de su robot humanoide —de nombre Digit— en una planta estadounidense operada por el fabricante alemán Schaeffler, un productor de rodamientos de bolas y otros componentes de la industria automotriz.
Al Makke, director de ingeniería de los sistemas de chasis de Schaeffler, dijo que los aranceles podrían llevar a muchas empresas a trasladar la producción de distintos artículos a Estados Unidos.
“Y si eso sucede, entonces las empresas locales tienen que lidiar con altos costos laborales y una escasez de mano de obra, por lo que se abre la puerta a una mayor automatización”, dijo Makke. “Y uno de esos rostros de la automatización son los humanoides”.
La mayoría de los grandes robots industriales que se emplean en Estados Unidos se utilizan para ayudar a fabricar automóviles y se importan de países como Japón, Alemania o Corea del Sur.
Las automotrices estadounidenses instalaron 9,6% más robots en sus plantas que el año anterior, según nuevos datos de la Federación Internacional de Robótica.
Por ahora, los humanoides siguen siendo un nicho, pero uno que genera una enorme curiosidad, en parte gracias a la ciencia ficción. Saunders, de Boston Dynamics —propiedad de Hyundai— presentó una actualización el miércoles sobre el desarrollo de su robot humanoide Atlas, pero no llevó a la convención algún prototipo físico, mostrando en su lugar un grupo más conocido de sus robots Spot de cuatro patas.
El único humanoide en la conferencia fue el G1 de Unitree. Con un precio de venta de 16.000 dólares y controlado a distancia por un empleado. El robot estrechó sin problemas las manos de los asistentes, devolvió el saludo de algunas personas y caminó por la sala de exhibición, pero no se tiene previsto que mueva cajas o trabaje en fábricas en el corto plazo.
Sus principales clientes fuera de China son investigadores académicos y algunos influencers de redes sociales, y los aranceles actuales de Trump, que suman un 145% sobre las importaciones de China, elevarían su costo para los compradores en Estados Unidos a cerca de 40.000, dijo Tony Yang, vicepresidente de desarrollo de negocios de Unitree, responsable de gestionar las ventas en América del Norte. No obstante, la estrategia de Unitree para acelerar el desarrollo de su hardware y software es a largo plazo.
“Sigue siendo un mercado muy estrecho, pero creo que todavía hay un enorme potencial de mercado en el aspecto industrial, como en la fabricación e incluso el uso doméstico”, dijo Yang.
En una cancha de pickleball ubicada en la sala de exhibición, algunos asistentes a la conferencia tomaron un descanso para agarrar una raqueta y golpear las pelotas que les lanzaba un robot con ruedas. Al preguntarle sobre lo que hay dentro del robot Tennibot, su creador también respondió con los aranceles en mente.
“Piezas moldeadas por inyección, remaches, tornillos, tuercas, ruedas, motores, baterías”, dijo Haitham Eletrabi, cofundador y CEO de Tennibot, con sede en Auburn, Alabama. “La cadena de suministro se vuelve muy compleja. Obtenemos piezas de todo el mundo. Los aranceles están añadiendo mucha incertidumbre”.
Algunos asistentes no sólo pensaban en la rivalidad comercial entre Estados Unidos y China. Francesca Torsiello, de la firma de reclutamiento Adapt Talent, dijo que también nota una mayor cautela de trabajadores canadienses de robótica e ingeniería sobre aceptar trabajos en Estados Unidos en medio de un tenso ambiente político.
“En el pasado, la gente en Canadá encontraba atractivo venir a trabajar para empresas estadounidenses; ahora están siendo muy cautelosos”, dijo Torsiello.
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El videoperiodista de Associated Press Rodrique Ngowi contribuyó con este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.