Rubio afirma que purga de programas de USAID está completa, con el 83% de los programas eliminados
Lane Pollack, al centro, asesora para USAID durante 14 años, recibe consuelo de una colega después de que le dieron 15 minutos para sacar sus pertenencias de las instalaciones de USAID, el viernes 28 de febrero de 2025, en Washington. (AP Foto/Jacquelyn Martin)
WASHINGTON (AP) — El secretario de Estado Marco Rubio declaró el lunes que el gobierno del presidente Donald Trump había terminado su purga de seis semanas de programas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que tenía seis décadas de antigüedad, y que trasladaría el 18% de los programas de ayuda y desarrollo que sobrevivieron al Departamento de Estado.
En tanto, un juez federal emitió una orden mixta en uno de los principales casos judiciales en torno al cierre de la agencia, asegurando que el gobierno no podía simplemente quedarse con los miles de millones de dólares que el Congreso había asignado para ayuda exterior, aunque se abstuvo de ordenar a los funcionarios federales que utilicen el dinero para la reactivación de los programas cancelados.
Rubio hizo el anuncio en una publicación en la red social X, en lo que fue una de sus pocas declaraciones públicas sobre lo que ha sido un cambio histórico en la ayuda y el desarrollo exterior de Estados Unidos, ejecutado por los nombramientos políticos de Trump en el Departamento de Estado y los equipos del Departamento de Eficiencia del Gobierno de Elon Musk.
En la publicación, Rubio agradeció a DOGE y a “nuestro personal que con empeño trabajó muchas horas para lograr esta reforma histórica y tan esperada” en la ayuda exterior.
Trump emitió el 20 de enero una orden ejecutiva para congelar la financiación de asistencia exterior y hacer una revisión de toda la ayuda al extranjero. Trump aseveró que gran parte de la asistencia exterior era un derroche de fondos y promovía una agenda liberal.
Rubio afirmó en su publicación que la revisión estaba ahora “oficialmente finalizando”, habiendo eliminado alrededor de 5.200 de los 6.200 programas de USAID.
Esos programas “gastaron decenas de miles de millones de dólares de maneras que no sirvieron, (y en algunos casos incluso perjudicaron), los intereses nacionales fundamentales de Estados Unidos”, escribió Rubio.
“En consulta con el Congreso, tenemos la intención de que el 18% restante de los programas que estamos manteniendo... se administren de manera más efectiva bajo el Departamento de Estado”, indicó.
Legisladores demócratas y otros consideran que el cierre de programas financiados por el Congreso es ilegal, afirmando que tal medida requiere de la aprobación del Congreso.
En su orden preliminar del lunes, el juez federal de distrito Amir Ali dijo que Trump no podía simplemente ignorar buena parte de los cerca de 60.000 millones de dólares en fondos de asistencia exterior que se le habían a USAID y al Departamento de Estado por parte del Congreso, el cual tiene la autoridad para gastar ese dinero, según lo establece la Constitución de Estados Unidos.
Pero Ali rechazó la solicitud que presentaron grupos sin fines de lucro y empresas para reactivar los contratos cancelados para labores de asistencia en todo el mundo, argumentando que le corresponde al gobierno tomar decisiones a ese nivel.
Ali también ordenó a los funcionarios federales que mantengan el pago de miles de millones de dólares que debían a grupos de ayuda y empresas bajo contrato con USAID, hasta mediados de febrero, y les ordenó hacer al menos 300 pagos atrasados al día.
La decisión de Ali se produjo después de que la Corte Suprema rechazó la apelación del gobierno federal a la orden del juez para aliviar la congelación de todos los fondos para asistencia exterior.
Los partidarios de USAID sostienen que la ola de recortes dificulta saber qué esfuerzos en el extranjero realmente apoya el gobierno Trump.
“Los patrones que están surgiendo indican que el gobierno no apoya programas de democracia, no apoyan a la sociedad civil ... no apoyan programas de ONG”, ni de salud o de respuesta a emergencias, manifestó Andrew Natsios, el administrador de USAID bajo el expresidente republicano George W. Bush.
“¿Entonces, qué queda?” preguntó Natsios.
El gobierno de Trump prácticamente no dio detalles sobre los programas de ayuda y desarrollo en el extranjero que fueron rescatados mientras enviaba un gran número de avisos de cancelación de contratos a grupos de ayuda y otros socios de USAID en cuestión de unos cuantos días a principios de este mes. La velocidad y las omisiones en la finalización de contratos dejaron a los partidarios de la USAID preguntándose si realmente se habían llevado a cabo revisiones programa por programa.
Los grupos de ayuda señalan que incluso algunos programas que salvan vidas que Rubio y otros habían prometido salvar recibieron los avisos de terminación, como aquellos que brindan apoyo nutricional de emergencia para niños hambrientos y agua potable en enormes campamentos para familias desplazadas por la guerra en Sudán.
Los republicanos en general han dejado claro que a partir de ahora quieren que la asistencia exterior promueva una interpretación mucho más estrecha de los intereses nacionales de Estados Unidos.
En una de las múltiples demandas que enfrenta por su rápida clausura de USAID, el Departamento de Estado había indicado a principios de este mes que estaba eliminando más del 90% de los programas de USAID. Rubio no ofreció ninguna explicación sobre por qué su número era más bajo.
El desmantelamiento de USAID —una agencia que tenía seis décadas de antigüedad— trastocó una postura de décadas según la cual la ayuda humanitaria y de desarrollo al extranjero reforzaba la seguridad nacional de Estados Unidos al estabilizar regiones y economías, fortalecer alianzas y fomentar la buena voluntad.
En las semanas posteriores a la orden de Trump, uno de sus nombrados y miembros del equipo de transición, Pete Marocco, y Musk retiraron al personal de USAID a través de licencias forzadas y despidos, suspendieron los pagos de USAID de la noche a la mañana y cancelaron miles de contratos de ayuda y desarrollo.
Los contratistas y empleados que dirigían tareas que iban desde el control de epidemias hasta la prevención del hambre y la capacitación en empleo y democracia detuvieron su trabajo. Los grupos de ayuda y otros socios de USAID despidieron a decenas de miles de trabajadores en Estados Unidos y en el extranjero.
El cierre ha dejado a muchos empleados y contratistas de USAID y a sus familias aún en el extranjero, muchos de ellos a la espera de recibir pagos atrasados y gastos de viaje para regresar a casa.
El gobierno federal fijó el lunes un plazo del 6 de abril para que los empleados de USAID en el extranjero regresen a Estados Unidos si es que desean hacerlo a expensas del gobierno, según un correo electrónico que USAID envió a sus trabajadores y al que The Associated Press tuvo acceso. Los empleados aseguran que la fecha límite les da poco tiempo para sacar a sus hijos de la escuela, vender casas o resolver contratos de arrendamiento y, para muchos, encontrar un nuevo lugar para vivir después de haber estado fuera de Estados Unidos durante años.
En Washington, las órdenes por momento contradictorias que emiten Rubio, Musk y Marocco en la supervisión de los recortes de USAID han causado incertidumbre entre muchos sobre quién toma las decisiones, y han alimentado rumores de luchas de poder.
El lunes, Musk y Rubio, al igual que Trump la semana pasada, insistieron en que las relaciones entre ellos eran fluidas.
“Es un placer trabajar contigo”, tuiteó Musk en respuesta al anuncio de Rubio.
“Difícil, pero necesario”, escribió Musk sobre el anuncio de Rubio sobre los recortes.
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La periodista de Associated Press Lindsay Whitehurst contribuyó con este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.