Ataque ucraniano a bases aéreas rusas es lección para Occidente sobre sus vulnerabilidades

Foto satelital difundida por Maxar Technologies que muestra aviones destruidos por un ataque ucraniano con drones en la Base Aérea Belaya en la región de Irkutsk en Siberia, Rusia, el 4 de junio del 2025. (Maxar Technologies via AP)

Foto satelital difundida por Maxar Technologies que muestra aviones destruidos por un ataque ucraniano con drones en la Base Aérea Belaya en la región de Irkutsk en Siberia, Rusia, el 4 de junio del 2025. (Maxar Technologies via AP)

Los objetivos eran aviones de guerra rusos —incluidos bombarderos estratégicos y aeronaves de mando y control— valorados en cientos de millones de dólares. Las armas eran drones ucranianos, cada uno con un costo menor de 1.000 dólares y lanzados desde contenedores de madera transportados en camiones.

La “Operación Telaraña”, que Ucrania informó que destruyó o dañó más de 40 aeronaves estacionadas en bases aéreas de toda Rusia el domingo, no fue sólo un duro golpe al prestigio del Kremlin, sino también una llamada de atención para que Occidente refuerce sus sistemas de defensa aérea contra este tipo de guerra híbrida con drones, dijeron expertos militares.

Ucrania aprovechó la tecnología de drones de bajo costo que ha avanzado rápidamente en la última década y la combinó con un pensamiento innovador para lograr una victoria que elevó la moral en una guerra que ya dura tres años y que últimamente se ha inclinado a favor de Moscú.

Cuánto impactará este ataque en las operaciones militares rusas no está claro. Aunque funcionarios en Kiev estimaron que causó daños por 7.000 millones de dólares, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso cuestionó la cifra y no se han realizado evaluaciones independientes. Moscú aún cuenta con más aeronaves para lanzar sus bombas y misiles de crucero contra Ucrania.

No obstante, la operación demostró “cómo es realmente la guerra moderna y por qué es tan importante mantenerse a la vanguardia tecnológica”, declaró el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.

Dónde es vulnerable Occidente

Para los gobiernos occidentales, esta fue una advertencia de que “el espectro de las amenazas que tendrán que considerar se amplía cada vez más”, dijo Douglas Barrie, investigador sénior de la industria aeroespacial militar en el International Institute for Strategic Studies (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, o IISS), un grupo de investigación de seguridad internacional, riesgos políticos y conflictos militares, en Londres.

En la última década, los países europeos han acusado a Rusia de llevar a cabo una campaña de sabotaje contra Occidente, con objetivos que van desde ejecutivos de defensa y empresas de logística hasta empresas vinculadas a Ucrania. El año pasado se avistaron drones no identificados que volaban cerca de bases militares en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, así como sobre fábricas de armas en Noruega.

Las armas de alto valor y otras tecnologías en esos sitios son “objetivos importantes y atractivos tanto para actores estatales como no estatales”, dijo en Washington Caitlin Lee, experta en guerra con drones de RAND Corporation, una organización estadounidense sin fines de lucro y apartidista que funciona como grupo de expertos, instituto de investigación y desarrollo y consultora enfocados en el análisis y las soluciones a problemas mundiales de seguridad, salud y otras áreas.

“Ahora es cuando” hay que invertir en defensas antidrones, añadió.

Las opciones de bajo costo para proteger a las aeronaves incluyen utilizar refugios reforzados, dispersar los objetivos a diferentes bases, camuflarlos e incluso fabricar señuelos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el mes pasado el programa “Cúpula Dorada”, de 175.000 millones de dólares, que utilizará armas basadas en el espacio para proteger al país de misiles de largo alcance.

No se mencionaron defensas contra drones, que Lee dijo que pueden ser complejas porque vuelan a baja altitud y velocidad y en el radar pueden parecer aves. Además, es posible lanzarlas desde el interior de las fronteras nacionales, a diferencia de un misil supersónico disparado desde el extranjero.

Los drones “aumentan drásticamente” la capacidad de un Estado o grupo hostil para realizar sabotajes significativos, indicó Fabian Hinz, experto en misiles e investigador del IISS.

“¿Cuántos objetivos hay en un país? ¿Qué tan bien puedes defender cada uno de ellos contra una amenaza como esa?”, agregó.

Pensamiento ingenioso y creativo de Ucrania

En la “Operación Telaraña”, Ucrania informó haber introducido de contrabando drones con vista en primera persona (FPV, por sus siglas en inglés) a Rusia, donde fueron colocados en contenedores de madera y finalmente conducidos en camiones hasta cerca de los aeródromos en la región de Irkutsk, en Siberia, la región de Múrmansk, en el Ártico, y la región de Amur, en el extremo oriente, así como a dos bases en el oeste de Rusia.

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) refirió que los drones tenían capacidades altamente automatizadas y eran pilotados parcialmente por un operador y en parte mediante inteligencia artificial (IA) para guiarlos por una ruta previamente planificada en caso de que perdieran la señal. Dicha tecnología de IA seguramente no habría estado disponible en Ucrania hace cinco años.

Un video del SBU mostró drones que volaban sobre y debajo de aeronaves rusas, algunas de las cuales estaban cubiertas por neumáticos. Los expertos sugirieron que los neumáticos podrían haber sido utilizados para intentar confundir a los sistemas automáticos de objetivos al descomponer la silueta del avión o para ofrecer una protección rudimentaria.

“La forma en que los ucranianos armaron esto es creativa y, obviamente, tomó a los rusos completamente por sorpresa”, dijo Barrie.

Fotos satelitales analizadas por The Associated Press mostraron siete bombarderos destruidos en la pista de la Base Aérea Belaya, en Irkutsk, una importante instalación para la fuerza de bombarderos de largo alcance de Rusia. Al menos tres bombarderos turbohélice de cuatro motores Tu-95 y cuatro bombarderos supersónicos bimotores Tu-22M parecen haber sido destruidos.

Desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia en 2022, el ejército ucraniano —superado en armamento y número— ha adoptado un enfoque bélico creativo. Sus fuerzas desplegaron señuelos de madera de los costosos sistemas de defensa aérea HIMARS de Estados Unidos para atraer el fuego de los misiles rusos, crearon unidades antidrones que operan en camionetas pickup y reutilizaron armas capturadas.

Los expertos compararon el ataque del domingo con la operación israelí del año pasado en que los bípers (buscapersonas) utilizados por miembros del grupo político-paramilitar Hezbollah explotaron casi simultáneamente en Líbano y Siria. Israel también ha utilizado pequeños drones explosivos para atacar objetivos en Líbano e Irán.

Estados Unidos utilizó drones Predator hace más de una década para eliminar insurgentes en Afganistán a miles de kilómetros de distancia. Los avances tecnológicos han hecho que esas capacidades estén disponibles en drones más pequeños.

Hinz comparó el estado de la guerra con drones con el del desarrollo del tanque, que debutó en 1916 durante la Primera Guerra Mundial. Los ingenieros buscaron la mejor manera de integrar tanques en un escenario de campo de batalla funcional, y consideraron desde un vehículo diminuto hasta uno gigante “con 18 torretas” antes de decidirse por la versión utilizada en la Segunda Guerra Mundial.

Con los drones, “estamos en la fase de averiguar eso, y las cosas cambian tan rápidamente que lo que funciona hoy podría no funcionar mañana”, añadió.

Cómo afecta el ataque a las operaciones rusas en Ucrania

Los bombarderos Tu-95 atacados por Ucrania son “básicamente irremplazables” porque ya no se fabrican, dijo Hinz, el experto del IISS. Ucrania también reportó que el ataque impactó un avión A-50 de alerta temprana y control, similar a los aviones AWACS de Occidente que coordinan ataques aéreos. Rusia tiene aún menos de estos.

“Por donde lo veas, para Rusia esto requiere un gasto”, dijo Thomas Withington, del Royal United Services Institute (Instituto Real de Servicios Unidos), un grupo de expertos en investigación de defensa, seguridad y asuntos internacionales con sede en Londres. “Puedes ver los miles de millones de dólares acumularse”.

Rusia debe reparar los aviones dañados, proteger mejor las aeronaves que le quedan y mejorar su capacidad para interrumpir este tipo de operaciones, agregó. Los expertos también indicaron que los ataques podrían obligar a Moscú a acelerar su programa para reemplazar al Tu-95.

Si bien esto pone en evidencia las vulnerabilidades rusas, no está claro si esto implicará una reducción de los ataques aéreos contra Ucrania.

Rusia se ha centrado en intentar saturar las defensas aéreas de Ucrania con drones durante toda la guerra, incluido el uso de señuelos sin carga útil. En algunas noches del mes pasado, Moscú lanzó más de 300 drones.

“Incluso si Ucrania logró dañar una parte significativa de la fuerza de bombarderos rusa, no está del todo claro que esta desempeñara un papel clave en la guerra en este punto”, expuso Lee.

Datos de la fuerza aérea ucraniana analizados por la AP muestran que, desde julio hasta diciembre de 2024, Rusia utilizó Tu-22M3 y Tu-95 en 14 ocasiones contra Ucrania, pero empleó drones casi todas las noches.

La operación del domingo podría reducir temporalmente la capacidad de Rusia para lanzar ataques con misiles estratégicos, pero probablemente encontrará la manera de compensarlo, agregó Lee.

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La periodista de The Associated Press Hanna Arhirova contribuyó a este despacho desde Kiev, Ucrania,