Médicos del papa Francisco consideraron suspender el tratamiento tras grave crisis respiratoria
El papa Francisco aparece en una ventana de la Policlínica Agostino Gemelli en Roma, el domingo 23 de marzo de 2025, donde recibía tratamiento contra la bronquitis y la neumonía bilateral desde el 14 de febrero. (AP Foto/Domenico Stinellis)
ROMA (AP) — El equipo médico del papa Francisco sopesó brevemente la posibilidad de suspender el tratamiento después de la crisis respiratoria que sufrió el pontífice el 28 de febrero, pero en su lugar decidió seguir un curso agresivo que puso en riesgo la salud de sus órganos, dijo el médico que coordina la atención hospitalaria del pontífice en una entrevista publicada el martes.
El doctor Sergio Alfieri afirmó que el pontífice, de 88 años, y las personas cercanas a él entendieron “que tal vez no sobreviviría la noche” después del ataque de broncoespasmo durante el cual el papa inhaló vómito.
“Teníamos que tomar una decisión entre detenernos y dejarlo ir, o seguir adelante y probar con todos los medicamentos y tratamientos posibles, asumiendo el altísimo riesgo de dañar otros órganos”, comentó Alfieri al diario milanés Corriere della Sera. “Al final, ese fue el camino que elegimos”.
Francisco fue dado de alta el domingo luego de 38 días de tratamiento por una neumonía doble, y los médicos le ordenaron mantener reposo durante dos meses, durante los cuales deberá evitar las aglomeraciones. El papa lucía débil y frágil cuando saludó a la multitud fuera del hospital Gemelli antes de recibir el alta.
El Vaticano no ha indicado si el papa participará en alguna actividad de la Semana Santa antes de la Pascua, el 20 de abril. El martes se pospuso de mutuo acuerdo una reunión que tenía programada el mes entrante con el rey Carlos III en el Vaticano para permitirle reposo al pontífice.
Alfieri señaló que el papa se mantuvo “alerta” durante todo el suplicio del 28 de febrero, y que su asistente personal de atención médica, Massimiliano Strappetti, “quien conoce perfectamente los deseos del pontífice”, les instó a “intentar todo. No se rindan”.
Alfieri reconoció que el tratamiento presentaba el riesgo de dañar los riñones y la médula ósea del papa, “pero continuamos, y su cuerpo respondió a los tratamientos y la infección pulmonar mejoró”.
El boletín médico de esa noche indicó que el papa había sufrido un broncoespasmo tan severo que inhaló vómito “empeorando su cuadro respiratorio”. Los médicos utilizaron una aspiración no invasiva para despejar sus vías respiratorias.
Tres días después, en una segunda crisis de vida o muerte, el papa sufrió un par de episodios agudos de broncoespasmos. Los médicos utilizaron un tubo con cámara y un dispositivo para eliminar tapones de moco que produjeron abundantes secreciones. En el boletín se enfatizó que el papa “siempre permaneció alerta, orientado y colaborativo”.
Alfieri dijo que creía que las oraciones por el papa ayudaron a mantenerlo con vida, algo que, según el médico, está respaldado por la literatura científica.
“En este caso, todo el mundo estaba rezando. Puedo decir que dos veces la situación parecía perdida, y luego sucedió como un milagro”, expresó el médico, y añadió que “por supuesto, él fue un paciente muy cooperativo”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.