Los aranceles de Trump podrían financiar sus recortes fiscales, pero no sería un gran negocio

El líder de la mayoría del Senado, John Thune, hace una pausa en la puerta de su oficina para responder preguntas de reporteros sobre su estrategia para promover el proyecto de ley de gastos del presidente Donald Trump, en el Capitolio, en Washington, el lunes 2 de junio de 2025. (AP Foto/J. Scott Applewhite)

El líder de la mayoría del Senado, John Thune, hace una pausa en la puerta de su oficina para responder preguntas de reporteros sobre su estrategia para promover el proyecto de ley de gastos del presidente Donald Trump, en el Capitolio, en Washington, el lunes 2 de junio de 2025. (AP Foto/J. Scott Applewhite)

WASHINGTON (AP) — Los recortes de impuestos del Gran y Hermoso Proyecto de Ley del presidente Donald Trump probablemente abrirían un agujero en el presupuesto federal.

Sin embargo, el mandatario tiene un remedio a mano: sus amplios impuestos a las importaciones, también conocidos como aranceles.

La Oficina de Presupuesto del Congreso, el árbitro no partidista del gobierno en asuntos de impuestos y gastos, dice que el proyecto de ley, aprobado por la Cámara de Representantes el mes pasado y actualmente bajo consideración en el Senado, aumentaría los déficits presupuestarios federales en 2,4 billones de dólares en la próxima década. Esto se debe a que sus recortes de impuestos drenarían las arcas del gobierno más rápido de lo que sus recortes de gastos ahorrarían dinero.

Por otro lado, al generar ingresos para el Tesoro, los aranceles que Trump anunció hasta el 13 de mayo —incluidos sus llamados gravámenes recíprocos de hasta el 50% a los países con los que Estados Unidos tiene un déficit comercial— compensarían el impacto presupuestario de la ley de recortes fiscales y reducirían los déficits en la próxima década en 2,5 billones de dólares.

Así que, básicamente, es un empate.

Al menos, ese es el cálculo matemático presupuestario. La respuesta real es más complicada.

En realidad, usar aranceles para financiar una gran proporción del gobierno federal sería una tarea dolorosa y peligrosa, dicen los expertos en presupuesto. “Es una forma muy peligrosa de intentar recaudar ingresos”, dijo Kent Smetters del Penn Wharton Budget Model de la Universidad de Pensilvania, quien trabajó en el Departamento del Tesoro del presidente George W. Bush.

Trump ha defendido durante mucho tiempo los aranceles como un elixir económico. Dice que pueden proteger las industrias estadounidenses, traer fábricas de vuelta a Estados Unidos, darle ventaja para obtener concesiones de gobiernos extranjeros —y recaudar mucho dinero. Incluso ha sugerido que podrían reemplazar el impuesto federal sobre la renta, que actualmente aporta alrededor de la mitad de los ingresos federales.

“Es posible que hagamos un recorte de impuestos completo”, dijo a los periodistas en abril. “Creo que los aranceles serán suficientes para eliminar todo el impuesto sobre la renta”.

Los economistas y analistas presupuestarios no comparten el entusiasmo del presidente por usar aranceles para financiar al gobierno o para reemplazar otros impuestos. “Es un muy mal negocio”, dijo Erica York, vicepresidenta de política fiscal federal de la Tax Foundation. “Es quizás la reforma fiscal más tonta que se podría diseñar”.

Por un lado, los aranceles de Trump son una fuente inestable de ingresos. Eludió al Congreso e impuso sus mayores aumentos de impuestos a las importaciones mediante órdenes ejecutivas. Eso significa que un futuro presidente podría simplemente revertirlos.

“O los vientos políticos en el Congreso podrían cambiar, y podrían decidir: ‘Oye, vamos a revocar esta autoridad porque no creemos que sea bueno que el presidente pueda imponer unilateralmente un aumento de impuestos de dos billones de dólares’”, señaló York.

O los tribunales podrían anular sus aranceles antes de que el Congreso o futuros presidentes lo hagan. Un tribunal federal de Nueva York ya ha eliminado la pieza central de su programa arancelario —los gravámenes recíprocos y otros que anunció en lo que llamó “Día de la Liberación” el 2 de abril— diciendo que había excedido su autoridad. Un tribunal de apelaciones permitió que el gobierno siga recaudando los gravámenes mientras la impugnación legal avanza en el sistema judicial.

Los economistas también dicen que los aranceles perjudican la economía. Son un impuesto a los productos extranjeros, pagado por los importadores en Estados Unidos y generalmente se traslada a los consumidores mediante precios más altos. Aumentan los costos para los fabricantes estadounidenses que dependen de materias primas, componentes y equipos importados, haciéndolos menos competitivos que los rivales extranjeros que no tienen que pagar los aranceles de Trump.

Los aranceles también pueden generar impuestos de represalia a las exportaciones estadounidenses por parte de países extranjeros. De hecho, la Unión Europea amenazó esta semana con “contramedidas” contra la inesperada medida de Trump de aumentar al 50% su arancel sobre el acero y el aluminio extranjeros.

“No solo se obtiene el efecto de un impuesto sobre la economía de Estados Unidos”, dijo York. “También se obtiene el efecto de impuestos extranjeros a las exportaciones estadounidenses”.

Afirmó que los aranceles básicamente eliminarán todos los beneficios económicos de los recortes de impuestos del Gran y Hermoso Proyecto de Ley.

Smetters, del Penn Wharton Budget Model, dijo que los aranceles también aíslan a Estados Unidos y desalientan a los extranjeros de invertir en su economía.

Los extranjeros consideran los bonos del Tesoro de Estados Unidos como una inversión súper segura y actualmente poseen alrededor del 30% de la deuda del gobierno federal. Si reducen sus inversiones, el gobierno federal tendría que pagar tasas de interés más altas sobre la deuda del Tesoro para atraer a un menor número de posibles inversores nacionales.

El aumento en los costos de endeudamiento y la reducción de la inversión golpearían a la economía, convirtiendo a los aranceles en el impuesto más económicamente destructivo disponible, dijo Smetters —con un costo de más del doble en términos de reducción del crecimiento económico y de los salarios que lo que él considera como el segundo más dañino: el impuesto a las ganancias corporativas.

Los aranceles también afectan más a los pobres. Terminan siendo un impuesto a los consumidores, y los pobres gastan más de sus ingresos que las personas más ricas.

Aun sin los aranceles, el Gran y Hermoso Proyecto de Ley golpea a menos favorecidos porque realiza profundos recortes a los programas federales de alimentos y a Medicaid, que proporciona atención médica a los estadounidenses de bajos ingresos. En un análisis del Penn Wharton Budget Model se encontró que, después de los recortes de impuestos y gastos de la ley, el 20% más pobre de los hogares estadounidenses que ganan menos de 17.000 dólares al año vería una caída de 820 dólares en sus ingresos en el próximo año. El 0,1% más rico, que gana más de 4,3 millones de dólares al año, saldría ganando 390.070 dólares en 2026.

“Si superpones a eso un aumento de impuestos regresivo como los aranceles, empeoras sustancialmente a muchos hogares de ingresos bajos y medios”, dijo York de la Tax Foundation.

En general, señaló, los aranceles son “una fuente de ingresos muy poco confiable por razones legales, políticas y económicas. Son una forma muy, muy ineficiente de recaudar ingresos. Si recaudas un dólar de ingresos con aranceles, va a causar mucho más daño económico que recaudar ingresos de cualquier otra manera”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.