Tres policías mueren en protestas de seguidores de Evo Morales en el sur de Bolivia
Tres policías mueren en protestas de seguidores de Evo Morales en el sur de Bolivia
LA PAZ, Bolivia (AP) — Tres policías fallecieron el miércoles en Bolivia y varios resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, cuando fuerzas del orden intentaban restablecer el tránsito en una ruta del sur del país tomada por simpatizantes del expresidente Evo Morales, que desde hace días protestan por su inhabilitación como candidato presidencial.
En declaraciones a los medios, el presidente Luis Arce aseguró que los operativos policiales continuarán “hasta lograr el objetivo que se ha planteado el Gobierno nacional, de darle carreteras expeditas al pueblo boliviano”. También informó de las tres muertes y reiteró que no renunciará luego de reunirse con la cúpula militar y con sus ministros de seguridad para evaluar las medidas a tomar.
Los muertos son los subtenientes Jorge Barrozo Rodríguez y Carlos Apata, así como el sargento Alberto Mamani, en el segundo día de protestas violentas en la pequeña ciudad de Llallagua, ubicada a unos 290 kilómetros (180 millas) al sur de La Paz.
Se trata de las tres primeras víctimas fatales tras 10 días de bloqueos de carreteras en varias partes del país organizados por seguidores del expresidente Morales, tras quedar éste fuera de la carrera electoral debido a un fallo del tribunal constitucional que impide su reelección de cara a los comicios presidenciales de agosto.
El primer agente policial murió por un disparo de arma larga y el otro a golpes, según reportó el vocero policial Limber Choque.
“Apata fue encontrado muerto cerca del río; fue agredido brutalmente”, indicó Choque, quien aseguró que la policía sólo uso gases lacrimógenos y no ”equipo letal”. En el caso de Mamani aún se investigan las causas.
Poco antes, el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, reportó que el capitán Dainor Miranda resultó herido de gravedad producto de “agresiones con disparos de arma de fuego”. Choque agregó que fue ingresado a terapia intensiva.
Imágenes difundidas por la televisora estatal Bolivia TV mostraron que manifestantes golpearon con piedras a grupos de policías y los despojaron de su equipo policial.
Hasta ahora, los disturbios en Llallagua han dejado más de 30 heridos. Los pobladores de esa ciudad salieron esta semana a despejar las vías, lo que derivó en choques con los simpatizantes del exmandatario por los bloqueos que dejaron a su ciudad sin alimentos.
Horas antes, Arce había ordenado a la policía y las Fuerzas Armadas despejar las vías. En una conferencia de prensa, dijo que los bloqueos y “actos vandálicos y de violencia” tienen “como único objetivo derrocar al gobierno nacional”.
El mandatario dijo que ordenó desbloquear toda la ruta que conecta la región central de Cochabamba, donde está la carretera que une el occidente y el oriente del país. La semana pasada la policía intentó despejar el lugar, pero los manifestantes volvieron a cortar los caminos.
Otros dos policías resultaron heridos tras el operativo. Por la noche el contingente policial usó gases lacrimógenos.
Los cortes de ruta han dejado varados decenas de vehículos con alimentos y combustible en seis de las nueve regiones de Bolivia y han provocado pérdidas por más de 100 millones de dólares, según el gobierno.
“Comprar un pollo es como recibir un trofeo”, dijo a The Associated Press Marta Muñoz, de 73 años, que debió hacer fila durante casi cinco horas en un mercado callejero en un barrio popular de La Paz para conseguir el alimento. “Esto es resultado de la pelea del presidente Arce y Evo... No podemos seguir así”, se quejó la mujer.
La vendedora Juana Quispe explicó que por los cortes sólo recibe un 40% del total de pollo que suele llegar a su puesto, y con un aumento de 20% en el precio.
“Con estos operativos... sólo van a crear mayor sublevación del pueblo boliviano. El gobierno no resuelve la crisis”, dijo Morales a la radio Kausachun Coca en la región del Chapare, en el centro de Bolivia, donde permanece desde octubre, cuando la justicia ordenó su arresto por negarse a responder en una causa por el presunto abuso de una menor cuando era presidente.
“No nos vamos rendir... A este paso este movimiento es imparable”, agregó.
El gobierno ha denunciado penalmente a Morales por incitar a la violencia y la policía ha detenido a unos cinco dirigentes cercanos que amenazaron con más protestas si no se registra la candidatura del exmandatario.