Familia celebra indemnización a viuda de periodista asesinado durante dictadura brasileña
RÍO DE JANEIRO (AP) — La familia del periodista brasileño Vladimir Herzog, que fue torturado y asesinado durante la dictadura militar del país sudamericano, recibió con agrado el miércoles una decisión judicial que otorga una pensión mensual a su viuda, en lo que representa un gesto de reparación en una nación que sigue atormentada por ese periodo de dos décadas.
El tribunal federal de la capital Brasilia ordenó al gobierno pagar poco más de 34.000 reales (unos 6.000 dólares) al mes a Clarice Herzog, de 83 años de edad, por el resto de su vida. Esto forma parte de un esfuerzo más amplio en curso para la reconciliación con el pasado de la nación.
La lucha de toda la vida de Clarice por obtener justicia es similar a la de Eunice Paiva, esposa del legislador de izquierda Rubens Paiva, que también fue asesinado por el régimen militar. Esa historia se cuenta en la película “Ainda Estou Aqui” (“Aún estoy aquí”), que está nominada a tres Premios de la Academia, incluyendo en las categorías de mejor película y mejor actriz, y la cual ha sido un éxito de taquilla.
El mes pasado, los notarios brasileños comenzaron a emitir cientos de actas de defunción corregidas para las víctimas de la dictadura, que indican que las muertes no fueron naturales sino violentas y causadas por el Estado, de acuerdo con la prensa local.
El Instituto Vladimir Herzog y la familia Herzog celebraron la decisión, que describieron como un “acontecimiento importante” en un comunicado.
Herzog fue asesinado hace casi 50 años, el 25 de octubre de 1975. Debido a la edad y el mal estado de salud de la demandante, la decisión emitida el 31 de enero entra en vigencia inmediatamente.
El día de su muerte, Herzog se presentó voluntariamente en un cuartel militar después de ser convocado. El militar intentó retratar su muerte como un suicidio y presentó una fotografía en la que aparece colgado del cuello con una cuerda. El ardid fracasó y la imagen se transformó en una muestra icónica de la brutalidad del régimen.
El asesinato del prestigioso periodista y la historia desacreditada de su suicidio provocaron lo que se considera una de las primeras protestas masivas dirigidas contra el régimen militar, que gobernó el país sudamericano de 1964 a 1985.
En 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió un fallo en el que declaró culpable al Estado brasileño por la tortura y asesinato de Herzog, y por la falta de investigación y rendición de cuentas de los agentes de la dictadura militar.
Ese fallo ordenó a Brasil pagar una compensación económica a Clarice Herzog. El ministerio de derechos humanos y ciudadanía señaló en un comunicado que la mujer ya ha recibido 100.000 reales, una cantidad que Rogerio Sottili, director ejecutivo del Instituto Vladimir Herzog, señaló que era “simbólica”.
“El ejemplo que queda es que puedes hacer cualquier cosa y no te pasará nada”, agregó Sottilli.
En enero, la familia Herzog presentó una solicitud para la indemnización financiera adecuada, dijo Sottili.
Sin embargo, la decisión de otorgar a la esposa de Herzog un pago mensual “va en la dirección de que Brasil intente hacer lo que nunca ha hecho, que es enfrentar la violencia pasada del Estado”, comentó Sottili en una llamada telefónica desde Sao Paulo.
El gobierno puede apelar la decisión. El comunicado emitido por el ministerio no indicó si tiene la intención de hacerlo, pero mencionó la cantidad previamente pagada y que la comisión de amnistía del gobierno ya emitió una disculpa formal a Clarice por la persecución que sufrió al luchar por justicia.
A diferencia de países como Argentina y Chile, que establecieron comisiones de la verdad y procesaron a exdictadores y sus cómplices, la transición de Brasil de vuelta a la democracia estuvo marcada por una amplia amnistía a los oficiales militares.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.