Familiares de niño colombiano de 11 años secuestrado por armados pagaron por su liberación

BOGOTÁ (AP) — Los captores de Lyan Hortúa, un niño colombiano de 11 años que fue secuestrado en el suroeste del país, lo dejaron en libertad tras recibir una suma de dinero que realizó su familia al negociar con un grupo armado ilegal, reveló el jueves uno de sus familiares.

“Ante la poca eficiencia de la autoridad, nos vimos en la obligación de pagar un rescate”, señaló Sebastián Bonilla a la emisora La FM, luego de que una de sus familiares negociara con los armados. “El valor me lo reservo por respeto y por seguridad del niño y de nosotros”, agregó.

El caso de Hortúa puso de manifiesto el aumento de los casos de secuestro extorsivo en el país, una modalidad usada tanto por grupos armados ilegales como por bandas criminales. Entre enero y abril se han registrado 106 secuestros extorsivos, lo que representa un crecimiento de casi el 50% con respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con cifras públicas del Ministerio de Defensa.

El menor fue secuestrado el 3 de mayo por hombres vestidos de negro con la cara cubierta que ingresaron con armas a su casa ubicada en Jamundí, municipio del departamento Valle del Cauca, amenazando a sus familiares y raptando al menor, según muestra un video de la cámara de seguridad de la casa que ha sido divulgado por la prensa local.

La policía señaló como presunto responsable del secuestro a la estructura “Jaime Martínez”, una disidencia de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que no se acogió al histórico acuerdo de paz firmado en 2016 entre la guerrilla y el Estado.

Tras 18 días de cautiverio, Hortúa fue liberado el miércoles en una zona rural de Jamundí y luego recibido por delegados de la estatal Defensoría del Pueblo, la institución de defensa de derechos humanos que confirmó su liberación, y sus familiares.

Bonilla, tío del menor, afirmó que el niño le contó que los tres primeros días de cautiverio estuvo esposado y amarrado. Relató que en el momento del secuestro él era uno de los adultos que se encontraba en la casa y logró escapar para llamar a las autoridades, sin embargo, no acudieron a tiempo para evitar el secuestro.

La versión del familiar del menor contrasta con lo dicho desde X, antes Twitter, por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, tras la liberación: “Su regreso fue posible gracias, a la mediación humanitaria de la @DefensoríaCol, cuya labor fue fundamental para que este desenlace fuera posible sin más dolor ni riesgo”.

La defensora del Pueblo, Iris Marín, aseguró el jueves a la prensa local que el menor fue entregado a una comisión de la Defensoría por hombres armados de la estructura “Jaime Martínez” sin que en el momento de la liberación se efectuara un pago, ni la entidad participó en las negociaciones. Sin embargo, indicó que las autoridades sabían que se trataba de un secuestro extorsivo y la familia reconoció el pago.

Los secuestros han sido usados por grupos armados ilegales en Colombia por décadas para su financiación, pero también para ejercer control social y presión política, como en el caso de la extinta guerrilla de las FARC que ha reconocido ante el Tribunal de Paz más de 21.300 secuestros cometidos durante cinco décadas de conflicto.