Exasistente de Sean “Diddy” Combs testifica que el magnate la agredió sexualmente
ARCHIVO – Cassie Ventura, izquierda, y Sean “Diddy” Combs en la premier de “Can’t Stop, Won’t Stop: A Bad Boy Story” el 21 de junio de 2017, en Beverly Hills, California. (Foto de Chris Pizzello/Invision/AP, Archivo)
NUEVA YORK (AP) — El jueves, la exasistente personal de Sean “Diddy” Combs testificó que el magnate del hip-hop la agredió sexualmente, la arrojó a una piscina, le vació un recipiente con hielos en la cabeza y le golpeó el brazo contra una puerta durante un tortuoso período de ocho años.
La mujer, que testificó en el juicio por tráfico sexual de Combs bajo el seudónimo de “Mia”, afirmó que él le metió la mano bajo el vestido, la obligó a practicarle sexo oral y se metió en su cama para tener relaciones sexuales con ella en contra de su voluntad. Tocó brevemente las acusaciones al inicio de su testimonio y se esperaba que las explicara en detalle a medida que continuara su interrogatorio.
Mia, hablando lenta y vacilantemente en ocasiones, retrató a Combs como un capataz brutal y controlador que anteponía sus propias necesidades y deseos a la salud y el bienestar de su personal y sus seres queridos. Dijo que el magnate la reprendía por errores, incluso aquellos cometidos por otros empleados, y la cargaba con tantas tareas que no dormía durante días.
“Era caótico. Era tóxico”, expresó Mia, quien trabajó para Combs de 2009 a 2017 y cofundó el estudio Revolt Films con él. “Podía ser emocionante. Los altos eran realmente altos y los bajos eran realmente bajos”.
Cuando se le preguntó qué determinaba cómo transcurrían sus días, Mia dijo: “El estado de ánimo de Puff”, usando uno de sus muchos apodos.
Mia comentó que los empleados de Combs siempre estaban tensos porque su estado de ánimo podía “cambiar en un segundo”, haciendo que todo pasara de “feliz a caótico”.
El testimonio de Mia coincidió con el de testigos anteriores de la fiscalía, entre ellos, varios de los otros asistentes personales de Combs y su exnovia, Cassie, quienes lo veían como exigente, voluble y propenso a la violencia. Ella es la segunda de las tres mujeres que testificarán sobre el presunto abuso sexual por parte de Combs.
Cassie, una cantante de R&B cuyo nombre legal es Casandra Ventura, habló durante cuatro días durante la primera semana de testimonios del juicio, y dijo a los miembros del jurado que Combs la sometió a cientos de “freak-offs” —maratones de consumo de drogas y en los que, según ella, participaba en actos sexuales con trabajadores sexuales masculinos mientras Combs observaba, filmaba y los dirigía.
Se prevé que una tercera mujer, con el seudónimo de “Jane”, también testifique sobre su participación en los freak-offs. The Associated Press no identifica a personas que afirman ser víctimas de abuso sexual a menos que decidan hacer públicos sus nombres, como lo ha hecho Cassie.
Combs, de 55 años, se ha declarado inocente de los cargos de tráfico sexual y crimen organizado. Sus abogados han admitido que podría ser violento en ocasiones, pero él niega haber usado amenazas o su influencia en la industria musical para cometer o encubrir abusos.
El juez del juicio, Arun Subramanian, ha permitido que algunas mujeres que acusan a Combs de abuso sexual testifiquen bajo seudónimos para proteger su privacidad y seguridad. El impartidor de justicia ordenó a los artistas de bocetos del tribunal que no dibujaran a Mia y pidió a los reporteros y al público que no describieran su apariencia.
Mia testificó que vio a Combs golpear a Cassie en numerosas ocasiones, y detalló un brutal ataque en la casa de ésta en Los Ángeles en 2013, que la cantante y su estilista, Deonte Nash, también relataron en sus testimonios. Mia dijo que temía que Combs fuera a matarlos a todos, describiendo la pelea como “un pequeño tornado en marcha”.
La testigo recordó haber saltado sobre la espalda de Combs e intentado detenerlo para que no lastimara a Nash y Cassie. Mia dijo que Combs la sacudió, la arrojó contra una pared y golpeó la cabeza de Cassie contra la esquina de una cama, causando una profunda y sangrienta herida en la frente de la cantante. En otras ocasiones, dijo, el abuso de Combs le provocó a Cassie hematomas en los ojos e inflamación en los labios.
Mia dijo que, en ocasiones, el magnate la hacía trabajar hasta cinco días seguidos sin descanso mientras él iba de ciudad en ciudad para hacer apariciones en clubes y otros compromisos, y comenzó a depender de su medicación para el TDAH —una versión de liberación lenta del estimulante Adderall— como sustituto del sueño. En ocasiones, dijo, era la única asistente personal de Combs, asumiendo tareas que solían realizar cuatro o cinco personas.
Combs, con residencias en Miami, Los Ángeles y el área de Nueva York, permitía que Mia y otros empleados se quedaran en sus casas de huéspedes, pero ella no podía salir sin su permiso y no podía cerrar las puertas con llave, testificó.
“Esta es mi casa. Nadie cierra las puertas con llave”, dijo Combs, según Mia.
Mia no pareció hacer contacto visual con Combs, quien se recostó en su silla y la miró mientras testificaba. Ocasionalmente, se inclinaba para hablar con uno de sus abogados. Mia mantuvo la cabeza baja mientras salía de la sala del tribunal para los descansos. Testificó que sigue siendo amiga de Cassie.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.