Las medidas de Trump golpearon con fuerza, pero este refugio aún protege migrantes LGBTQ en México

TAPACHULA, México (AP) — Ana Esquivel por fin puede toparse a un policía sin sentir terror.

“Nos han explicado que aquí no están para hostigarnos, pero allá (en Cuba), si en la tarjeta de identidad ven un hombre de varón, te llevan presa,” dijo la mujer transgénero de 50 años.

Esquivel huyó de La Habana y llegó a México a principios de 2025 tras décadas de haber sido discriminada por su orientación sexual. Se estableció temporalmente en la ciudad de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, con la intención de llegar a Estados Unidos.

La cubana mantuvo la esperanza de evadir el endurecimiento de las políticas migratorias del presidente Donald Trump. Sin embargo, ni siquiera logró hacer una cita a través de la aplicación CBP One, que entre 2023 y 2025 permitió el ingreso legal de más de 1 millón de migrantes.

Tras perder sus citas —y temiendo otras medidas decretadas por Trump— decenas de migrantes decidieron volver a sus países. Para Esquivel, no obstante, el retorno no es opción.

La vulnerabilidad de los migrantes LGBTQ+

“Las razones por las cuales la población LGBT sale de sus países no necesariamente son las mismas a las del resto de la población”, dijo Mariana de la Cruz, directora operativa de Casa Frida, un albergue que apoya a esta población y perdió el 60% de su presupuesto cuando Trump ordenó suspender los programas de asistencia extranjera en enero.

“La población LGBT muchas veces sale por discriminación y violencias en materia de identidad de género u orientación sexual”, agregó. “No necesariamente son razones económicas; no es tanto el American Dream. Es la necesidad de sobrevivir”.

El flujo de migrantes a la frontera sur de México se desplomó después de que Trump anunció planes para restringir el acceso a solicitantes de refugio y asilo, argumentando que quiere detener la entrada ilegal de personas y la criminalidad en su país. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados no ha actualizado sus cifras desde diciembre de 2024, pero la transformación de Tapachula es evidente.

En una plaza pública donde cientos solían concentrarse mientras esperaban respuesta a sus solicitudes de refugio ya no se observan multitudes. Y aunque aún se forman filas alrededor de la Comisión, quienes trabajan en los alrededores refieren que las concentraciones han disminuido.

En un albergue cercano, el administrador Herber Bermúdez dijo que han auspiciado hasta 1,700 migrantes de manera simultánea, pero a la fecha no pasan de 300.

“El cambio ha sido grandísimo”, aseguró. “Todavía el 20 de enero (cuando Trump asumió el poder) aquí se contaban como 1.200 personas, pero ese mismo día aplazaron la aplicación ( CBP One ) y para el día siguiente comenzó gente a retirarse,”.

Los pedidos de ayuda a Casa Frida, sin embargo, no han mermado.

“Todas las personas que recibimos han sido víctimas de violencia”, dijo Sebastián Rodríguez, quien brinda asesoría financiera en Casa Frida. “Desde 2022 que llegamos a Tapachula, recibimos de 80 a 100 solicitudes mes con mes”.

Al revisar los pedidos de apoyo, el personal determina el nivel de riesgo en el que los migrantes se encuentran y ofrece alternativas. Según Rodríguez, la población LGBTQ+ más vulnerable suele ser trans y no binaria.

Casa Frida no siempre cuenta con los recursos para apoyar a todos los migrantes que lo solicitan, pero suele abrir sus puertas a unas 70 personas nuevas mensualmente y, en promedio, apoya a unas 200 personas LGBTQ+ de manera simultánea.

Entre los peligros que muchos migrantes encuentran en México suele estar el crimen organizado. Recientemente varios contaron a The Associated Press que fueron secuestrados por carteles y perdieron sus posesiones para ser liberados.

Las personas LGBTQ+, sin embargo, son aún más vulnerables, dijo Rodríguez. Muchas mujeres trans visten ropa de varón para evitar convertirse en blanco de criminales. Así mitigan riesgos, pero al llegar a algún refugio el personal les asigna dormitorios masculinos o les pide mantenerse alejadas de los niños. Algunas optan por salir, pero al buscar un cuarto para arrendar, los propietarios las tratan mal o exigen rentas exorbitantes.

“Eso nos da luces de por qué la necesidad de que este tipo de programas existan”, dijo Rodríguez.

De acuerdo con sus cifras, 40% de los beneficiarios de Casa Frida se vieron afectada por la cancelación de CBP One.

“Mucha gente sí se desmotiva”, dijo Rodríguez. “Pero muchos están continuando con su solicitud de refugio acá (en México)”.

¿Cómo proteger a migrantes de la diversidad sexual?

Entre los servicios de Casa Frida hay un hogar temporal que ofrece techo y comida para hasta 12 personas durante tres meses. Además provee asesoría legal para migrantes que quieren permanecer en México, consejos para encontrar trabajo en ambientes inclusivos, apoyo psicológico y consejos para arrendar habitaciones en condiciones justas.

“La mayoría de la gente nos asocia como un refugio, pero eso es solo el corazón de lo que hacemos”, explicó Rodríguez. “Los objetivos de Casa Frida son la reintegración de las personas”.

Actualmente operan en tres puntos distintos: Ciudad de México, donde se fundó en 2020 y se apoya principalmente a comunidad local; Tapachula, que sobre todo recibe a migrantes de Cuba, Honduras, Venezuela, El Salvador, Perú y Haití; y Monterrey, al norte, donde aquellas personas en mayor riesgo son transferidas a un sitio de ubicación reservada.

Manuel Jiménez, de 21 años, fue recibido en la estación capitalina en febrero. Llegó de un estado cercano después de que el hostigamiento por parte de familiares se volviera insoportable.

Inicialmente intentó llegar a Estados Unidos y cruzó México rumbo al norte en noviembre de 2024. Sin embargo, fue detenido en Arizona y deportado poco después.

“Me habían dicho del refugio porque yo les había dicho si no había un lugar donde pudiera sentirme paz”, relató. “En mi casa había unas personas que me querían hacer daño tanto verbal y físicamente”.

Casa Frida le brindó alojamiento temporal y él no tardó en hallar empleo, pero su tirada es ahorrar y encontrar un hogar propio.

De vuelta en Tapachula, Esquivel presentó una solicitud de refugio en México. Alrededor del 85% de los beneficiarios de Casa Frida obtienen una respuesta positiva, así que la cubana mantiene la esperanza. Quizá, con un poco de suerte, podría poner sus papeles en orden para volver a la escuela, encontrar un trabajo digno y mudarse a otro estado.

“Quiero ser parte de este país”, aseguró. “Quiero hacerlo bien y por eso digo: Gracias, Casa Frida”.

Ella supo del albergue gracias a otra mujer trans que también huyó de Cuba tras sentirse amenazada por la policía.

“Por poco voy presa”, dijo Rachel Pérez, de 51 años. “En Cuba somos discriminadas, perseguidas. Hay operativos y las trans salimos buscando una vida mejor”.

A pesar de que la constitución cubana prohíbe la discriminación por motivos de orientación sexual, organizaciones de derechos humanos denuncian intolerancia en la nación caribeña, en la que por años primó la homofobia.

De acuerdo con Esquivel, ella fue señalada por prostitución — lo cual no se considera un delito en Cuba — por caminar de noche sola en repetidas ocasiones. Según señaló, la policía le dio varias advertencias, pero convencida de que no estaba haciendo nada ilegal, continuó saliendo hasta que un día fue transferida a una prisión de varones.

“A mí me violaron”, dijo Esquivel. “Tenía solamente 21 añitos y me hostigaron los mismos presos hasta que años después empecé a defenderme, pero fueron momentos muy difíciles que no se me olvidan”.

El reto de operar con menos presupuesto

El personal de Casa Frida constantemente actualiza sus protocolos para ayudar a migrantes como Esquivel. No obstante, mantener el alcance de sus operaciones se volvió complejo tras la suspensión de la asistencia extranjera ordenada por Trump.

De acuerdo con De la Cruz, las primeras notificaciones sobre su financiamiento llegaron el 24 de enero y, a las pocas semanas, 60% de su presupuesto se esfumó.

“Nos hemos movido por todos lados para buscar alternativas de sostenibilidad”, dijo. “Formamos parte de una red regional por la movilidad LGBT de América Latina y el Caribe —13 organizaciones de diez países— y por lo menos 50% se vieron afectadas”.

Campañas de fondeo y reuniones con representantes locales y de la Unión Europa podrían brindar un alivio relativo, pero las preocupaciones no desaparecen y la falta de recursos podría impactar el alcanza de sus operaciones.

“Ahorita nada está dicho”, dijo De la Cruz. “Estamos iniciando algo que no sabemos en qué nos va a derivar”.

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La cobertura de noticias religiosas de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos del Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable de todo el contenido.