Poderosos y humildes despiden a Francisco en un funeral donde es recordado como el papa del pueblo

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Líderes mundiales y fieles católicos despidieron a Francisco el sábado en un funeral que destacó su preocupación por la gente de “los más periféricos de las periferias” y reflejó sus deseos como pastor. Aunque presidentes y príncipes asistieron a la misa en la Plaza de San Pedro, reclusos y migrantes lo recibieron en la basílica al otro lado de la ciudad donde será enterrado.

Unas 250.000 personas asistieron al funeral en el Vaticano, según cifras de la Santa Sede, y 150.000 más se alinearon a lo largo de la ruta del cortejo fúnebre en el centro de Roma para presenciar la primera procesión fúnebre de un papa en un siglo. Aplaudieron y gritaron “Papa Francesco” mientras su sencillo ataúd de madera circulaba por las calles de Roma a bordo de uno de sus antiguos papamóviles hacia el lugar donde descansará, en la basílica de Santa María la Mayor, a unos 6 kilómetros (3,5 millas) de distancia.

Mientras repicaban las campanas, los portadores del féretro llevaron el ataúd ante varias docenas de inmigrantes, presos y personas sin hogar que sostenían rosas blancas fuera de la basílica. Una vez dentro, los portadores del féretro se detuvieron ante el icono de la Virgen María por el que la iglesia es famosa y que Francisco veneraba profundamente. Cuatro niños depositaron las rosas a los pies del altar antes de que comenzara la ceremonia fúnebre.

“Siento mucho que lo hayamos perdido”, dijo Mohammed Abdallah, un migrante sudanés de 35 años de edad que fue una de las personas que recibió a Francisco en su última morada. “Francisco ayudó a tanta gente, a refugiados como nosotros, y a muchas otras personas en el mundo”.

Previamente, el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años y decano del Colegio Cardenalicio, pronunció una homilía extensa, animada y muy personal. Describió al jesuita argentino como el papa del pueblo, un pastor que sabía comunicarse con “los más pequeños” con un estilo informal y espontáneo.

“Fue un papa del pueblo, con un corazón abierto hacia todos”, dijo Re. Fue aplaudido por la multitud cuando recordó la constante preocupación del pontífice por los migrantes, incluyendo la misa que ofició en la frontera entre Estados Unidos y México y su viaje a un campo de refugiados en Lesbos, Grecia, de donde sacó a 12 migrantes y los llevó a casa con él.

“El hilo conductor de su misión fue también la convicción de que la Iglesia es un hogar para todos, un hogar con sus puertas siempre abiertas”, agregó Re y señaló que con sus viajes, incluyendo su última gran gira por Asia el año pasado, llegó a “los más periféricos de las periferias del mundo”.

Una reunión extraordinaria sobre Ucrania en el marco del funeral

A pesar de la atención que Francisco dedicó a los desamparados, los poderosos estuvieron presentes en su funeral. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el expresidente Joe Biden; el de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy; el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, se unieron al príncipe Guillermo de Inglaterra y a otros miembros de la realeza europea que encabezan más de 160 delegaciones oficiales. El presidente de Argentina, Javier Milei, tuvo un lugar destacado dada la nacionalidad del papa, aunque no se llevaban especialmente bien y el pontífice se ganó también la antipatía de muchos en su país al no haber regresado desde que asumió el cargo.

En un acontecimiento extraordinario, Trump y Zelenskyy se reunieron en privado antes del inicio del funeral. Una foto mostraba a los dos líderes sentados solos, frente a frente, en dos sillas en el interior de la Basílica de San Pedro, donde Francisco predicaba a menudo sobre la necesidad de alcanzar un final pacífico para la guerra de Rusia en Ucrania.

Decenas de miles llegaron antes del amanecer al Vaticano

Francisco había coreografeado el funeral él mismo cuando revisó y simplificó los ritos y rituales del Vaticano el año pasado. Su objetivo era enfatizar el papel del papa como un simple sacerdote y no como “un hombre poderoso de este mundo”.

Fue un reflejo de su proyecto de 12 años para reformar radicalmente el papado, hacer hincapié en el papel de los sacerdotes como servidores y construir “una Iglesia pobre para los pobres”. Articuló la misión pocos días después de su elección en 2013, lo que explicó el nombre que eligió como pontífice, en honor a San Francisco de Asís, “quien tenía el corazón de los pobres del mundo”, según el decreto oficial de su biografía que se colocó en su sencillo ataúd de madera antes de su sellado el viernes por la noche.

La fachada blanca de la basílica de San Pedro se tiñó de color rosa a la salida del sol el sábado y hordas de fieles afligidos se apuraron para entrar en la plaza y tener un buen lugar para la misa. Se instalaron pantallas de televisión gigantes en las calles aledañas para quienes se quedaron fuera del recinto.

Los helicópteros de la policía sobrevolaban la zona, como parte de la operación de seguridad a gran escala montada por las autoridades italianas, que incluía más de 2.500 agentes de la policía, 1.500 soldados y un torpedero frente a la costa, según informaron los medios de comunicación italianos.

Muchos dolientes habían previsto de antemano estar en Roma este fin de semana para asistir a la ahora pospuesta canonización del primer santo de este milenio, Carlo Acutis, dentro de la programación del Año Santo Jubilar. Grupos de scouts y de jóvenes casi superaban en número a los de monjas y seminaristas.

“Era un papa muy carismático, muy humano, muy amable, sobre todo muy humano”, dijo Miguel Vaca, un peregrino peruano que dijo que acampó cerca de la plaza. “Es una emoción muy grande despedirlo”.

Una relación especial con la basílica

Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, murió el lunes de Pascua a los 88 años después de sufrir un derrame cerebral mientras se recuperaba en su casa de una neumonía.

Incluso antes de convertirse en papa, Francisco tenía un cariño especial por Santa María la Mayor. El templo alberga una imagen de estilo bizantino de la Virgen, la Salus Populi Romani, a la que el argentino era particularmente devoto, tanto que iba a rezar ante ella antes y después de cada uno de sus viajes al extranjero como papa.

El papamóvil que llevó allí su féretro se fabricó para uno de esos viajes: La visita de Francisco a Filipinas en 2015, y fue modificado para poder transportar un ataúd.

La elección de la basílica también tiene relevancia simbólica dados sus lazos con la orden religiosa a la que pertenecía Francisco. San Ignacio de Loyola, quien fundó los jesuitas, celebró su primera misa en el templo el día de Navidad de 1538.

La basílica es el lugar de descanso de otros siete papas, pero éste es el primer entierro papal fuera del Vaticano desde León XIII, fallecido en 1903 y enterrado en otra basílica romana en 1924.

Después del entierro comenzarán oficialmente los preparativos para el proceso centenario de elección de un nuevo papa: un cónclave que probablemente arrancará en la primera semana de mayo. Mientras, el Vaticano estará en manos de un puñado de cardenales, incluyendo a Re, que organizará la votación secreta en la Capilla Sixtina.

Multitudes esperaron horas para despedirse

Durante tres días esta semana, más de 250.000 personas hicieron fila durante horas para dar su último adiós al papa en la capilla ardiente instalada en el interior de la basílica de San Pedro. El Vaticano mantuvo la iglesia abierta durante la noche para dar cabida a todos, pero no fue suficiente. Cuando el Vaticano cerró las puertas de la basílica al público a las siete de la tarde del viernes, los dolientes fueron desalojados en masa.

Al amanecer del sábado, estaban de vuelta y listos para darle un último adiós, algunos recordando las palabras que pronunció la misma noche de su elección y a lo largo de su papado.

“Estamos aquí para honrarlo porque siempre decía ‘no se olviden de rezar por mí’”, dijo la hermana Christiana Neenwata de Biafrana, Nigeria. “Así que también estamos aquí para darle este amor que él nos dio”.

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Las periodistas de The Associated Press Vanessa Gera en la Ciudad del Vaticano y Giada Zampano en Roma contribuyeron a este despacho.

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La cobertura religiosa de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable del contenido.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.