Trump toma medidas para bloquear la entrada a EEUU de extranjeros que planean estudiar en Harvard
Ryan Enos, profesor de política en la Universidad de Harvard, habla en una protesta contra las medidas del presidente de EEUU, Donald Trump, en el campus universitario en Cambridge, Massachusetts, el 27 de mayo del 2025. (AP foto/Leah Willingham)
WASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense Donald Trump tomará medidas para bloquear la entrada al país de casi todos los estudiantes extranjeros que quieran asistir a la Universidad de Harvard, en su intento más reciente de cortar el flujo internacional que representa una cuarta parte del alumnado de la prestigiosa escuela.
En una orden ejecutiva firmada el miércoles, Trump declaró que permitir que Harvard continúe albergando estudiantes extranjeros en su campus en Cambridge, Massachusetts, pondría en peligro la seguridad nacional.
“He determinado que la entrada de la clase de ciudadanos extranjeros descrita anteriormente es perjudicial para los intereses de Estados Unidos porque, a mi juicio, la conducta de Harvard la ha convertido en un destino inadecuado para estudiantes e investigadores extranjeros”, escribió Trump en la orden.
El anuncio representa una agudización en la disputa entre la Casa Blanca y la universidad más antigua y rica del país. Un tribunal federal en Boston le impidió la semana pasada al Departamento de Seguridad Nacional prohibir la inscripción de estudiantes internacionales en Harvard. La orden de Trump invoca una autoridad legal diferente.
Trump invocó una amplia ley federal que le otorga al presidente la autoridad para bloquear a extranjeros cuyo ingreso sería “perjudicial para los intereses de Estados Unidos”. El miércoles, citó la misma autoridad al anunciar que se prohibiría la entrada a ciudadanos de 12 países, y que aquellos de otros siete enfrentarían restricciones. La orden de Trump sobre Harvard cita también varias otras leyes, incluida una que prohíbe el ingreso de extranjeros vinculados con organizaciones terroristas.
En un comunicado el miércoles por la noche, Harvard señaló que “continuará protegiendo a sus estudiantes internacionales”.
“Este es otro paso ilegal de represalia tomado por el gobierno en violación de los derechos de Harvard amparados por la Primera Enmienda (constitucional)”, dijeron funcionarios de la universidad.
La disputa se origina en la negativa de Harvard a someterse a una serie de exigencias del gobierno federal. Recientemente se ha agudizado después de que el Departamento de Seguridad Nacional dijera que la universidad se negó a proporcionar registros relacionados con conducta inadecuada por parte de estudiantes extranjeros.
Harvard dice que ha cumplido con la solicitud, pero el gobierno indicó que la respuesta de la escuela fue insuficiente.
La disputa ha estado creciendo durante meses después de que el gobierno de Trump exigiera una serie de cambios de política y gobernanza en Harvard, calificándola de semillero de liberalismo y acusándola de tolerar el acoso antisemita. Harvard se rebeló ante las exigencias, diciendo que invadían la autonomía de la universidad y representaban una amenaza para la libertad de todas las universidades de Estados Unidos.
Funcionarios de Trump han presionado repetidamente y han buscado nuevas formas de presionar a Harvard, recortándole más de 2,6 mil millones de dólares en subvenciones de investigación y movilizándose para rescindir todos los contratos federales con la universidad. La amenaza más reciente ha estado dirigida a los aproximadamente 7.000 estudiantes internacionales de Harvard, que representan la mitad de la matrícula en algunas escuelas de posgrado de la universidad.
“El ser admitido a Estados Unidos para estudiar en una universidad estadounidense de 'élite’ es un privilegio, no un derecho”, expresó la secretaria de Justicia Pam Bondi en una publicación en la red social X. “Este Departamento de Justicia defenderá vigorosamente la proclama del presidente que suspende el ingreso de nuevos estudiantes extranjeros a la Universidad de Harvard por preocupaciones de seguridad nacional”.
La representante demócrata Pramila Jayapal dijo que la medida era ridícula, y señaló que no tiene nada que ver con la seguridad nacional.
“Es un plan de venganza apenas disimulado en la disputa personal de Trump con Harvard, y una continua extralimitación autoritaria contra la libertad de expresión”, manifestó Jayapal en X.
La orden se aplica a todos los estudiantes que intenten ingresar a Estados Unidos para asistir a Harvard después de la fecha de la orden ejecutiva. Proporciona un resquicio legal para permitir la entrada de estudiantes cuyo ingreso “beneficiaría el interés nacional”, según lo determinen funcionarios federales.
La orden de Trump alega que Harvard proporcionó datos sobre conducta indebida de sólo tres estudiantes en respuesta a la solicitud de Seguridad Nacional, y carecía del detalle necesario para evaluar si se requería acción federal. Trump concluyó que Harvard o bien “no está reportando completamente sus registros disciplinarios para estudiantes extranjeros, o no está supervisando seriamente a sus estudiantes extranjeros”.
“Estas acciones y fallas socavan directamente la capacidad del gobierno federal para asegurar que los ciudadanos extranjeros admitidos con visas de estudiante o visitante de intercambio continúen cumpliendo con la ley federal”, decía la orden.
Para los estudiantes extranjeros que ya están en Harvard, el secretario de Estado Marco Rubio determinará si se deben revocar las visas, escribió Trump.
La orden está programada para durar seis meses. Dentro de 90 días, el gobierno determinará si debe renovarse, decía la orden.
Un cable del Departamento de Estado enviado la semana pasada a embajadas y consulados de Estados Unidos señaló que funcionarios federales comenzarán a revisar las cuentas de redes sociales de los solicitantes de visa que planean asistir, trabajar o visitar la Universidad de Harvard en busca de cualquier indicio de antisemitismo.
En un documento judicial presentado la semana pasada, funcionarios de Harvard indicaron que los intentos del gobierno de Trump para impedir que Harvard acepte estudiantes internacionales han creado un ambiente de “profundo miedo, preocupación y confusión”. Incontables alumnos internacionales han preguntado sobre la posibilidad de dejar la universidad y transferirse a otra, indicó en el documento Maureen Martin, directora de servicios de inmigración de Harvard.
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La periodista de The Associated Press Cheyanne Mumphrey en Phoenix contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.