Del cónclave más largo a los antipapas: 10 datos curiosos sobre votación secreta para elegir al papa

Los cardenales caminan en procesión hacia la Capilla Sixtina en el Vaticano, al comienzo del cónclave, el 18 de abril de 2005. (Osservatore Romano via AP, archivo)

Los cardenales caminan en procesión hacia la Capilla Sixtina en el Vaticano, al comienzo del cónclave, el 18 de abril de 2005. (Osservatore Romano via AP, archivo)

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — La película “Cónclave” puede haber introducido a los cinéfilos en el espectacular ritual y el drama de un cónclave moderno, pero la votación para elegir a un nuevo papa se celebra desde hace siglos y ha dado lugar a todo un género de curiosidades históricas.

A continuación, algunos datos curiosos sobre cónclaves pasados, extraídos de estudios históricos —incluyendo “Electing the Pope in Early Modern Italy, 1450–1700", de Miles Pattenden— y de entrevistas con expertos como Elena Cangiano, arqueóloga en el Palacio Papal de Viterbo.

El cónclave más largo de la historia

En el siglo XIII, se tardó casi tres años —1.006 días para ser exactos— en elegir al sucesor del papa Clemente IV, convirtiéndose en el cónclave más largo en la historia de la Iglesia católica. De ahí procede también el término cónclave, o “bajo llave”, porque los cardenales que se reunían en Viterbo, al norte de Roma, tardaron tanto que los frustrados ciudadanos los encerraron en la sala.

La votación secreta de la que salió Gregorio X duró desde noviembre de 1268 hasta septiembre de 1271. Fue el primer ejemplo de una elección papal por “compromiso”, después de una larga lucha entre los partidarios de las dos principales facciones geopolíticas medievales: los fieles al papado y quienes apoyaban al Sacro Imperio Romano.

“Una comida al día”

Gregorio X fue elegido solo después de que los residentes de Viterbo arrancaran el techo del edificio donde se alojaban los prelados y restringieran sus comidas a pan y agua para presionarlos a llegar a una conclusión. Con la esperanza de evitar que se repitiese la situación, Gregorio X decretó en 1274 que los cardenales recibirían solo “una comida al día” si el cónclave se extendía más allá de tres días, y únicamente “pan, agua y vino” si se prolongaba más de ocho. Esa limitación ha sido eliminada.

El cónclave más corto de la historia

Antes de 1274, hubo ocasiones en que el nuevo papa era elegido el mismo día de la muerte de su predecesor. Pero a partir de entonces la Iglesia decidió esperar al menos días días antes de la primera votación. Más tarde, ese plazo se extendió a 15 para dar tiempo a todos los cardenales a llegar a Roma. El cónclave más rápido bajo la norma de los diez días parece haber sido la elección de Julio II en 1503, que se decidió en unas pocas horas, según el historiador del Vaticano Ambrogio Piazzoni. Más recientemente, el papa Francisco fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI ganó en 2005 en la cuarta y el Pío XII lo hizo en la tercera en 1939.

El primer cónclave en la Capilla Sixtina

El primer cónclave celebrado bajo los frescos de Miguel Ángel que decoran el techo de la Capilla Sixtina fue en 1492. Desde 1878, la capilla de renombre mundial se ha convertido en el escenario de todos los cónclaves. “Todo contribuye a la conciencia de la presencia de Dios, ante cuya mirada cada persona será juzgada algún día”, escribió San Juan Pablo II en un documento de 1996 que regula el cónclave, “Universi Dominici Gregis”. Los cardenales se alojan cerca, en el hotel Domus Santa Marta o en una residencia próxima.

Las ubicaciones alternativas

La mayoría de los cónclaves se han celebrado en Roma, algunos de ellos fuera de los muros del Vaticano. Cuatro tuvieron lugar en la Capilla Paulina de la residencia papal, en el Palacio del Quirinal, mientras que otros 30 se llevaron a cabo en la Basílica de San Juan de Letrán, Santa María Sopra Minerva u otros lugares en Roma. En 15 ocasiones fueron lejos de Roma y del Vaticano, incluyendo Viterbo, Perugia, Arezzo y Venecia en Italia; Constanza en Alemania y Lyon en Francia.

Los papas alternativos, o antipapas

Entre 1378 y 1417, en lo que los historiadores bautizaron como el Cisma de Occidente, hubo varios rivales que reclamaban el título de papa. El cisma dio lugar a múltiples contendientes al papado, los llamados antipapas, que dividieron a la Iglesia católica durante casi 40 años. Los antipapas más destacados de ese periodo fueron Clemente VII, Benedicto XIII, Alejandro V y Juan XXIII. El cisma se resolvió en el Concilio de Constanza en 1417, lo que llevó a la elección de Martín V, un pontífice aceptado universalmente.

Un desafío a la higiene personal

La naturaleza claustral del cónclave planteaba otro desafío para los cardenales: mantenerse sanos. Antes de que se construyera la casa de huéspedes Domus Santa Marta en 1996, los cardenales electores dormían en catres en habitaciones conectadas a la Capilla Sixtina. Los cónclaves de los siglos XVI y XVII fueron descritos como “repugnantes” y “malolientes”, con preocupación por los brotes de enfermedades, particularmente en verano, según el historiador Miles Pattenden. “Los cardenales simplemente necesitaban una forma de vida más regular y cómoda porque eran hombres mayores, muchos de ellos con enfermedades bastante avanzadas”, escribió. El espacio cerrado y la falta de ventilación agravaron aún más estos problemas. Algunos de los religiosos abandonaban el cónclave enfermos, a menudo de gravedad.

Voto de secreto

Inicialmente, las elecciones papales no eran tan secretas, pero la preocupación por las interferencias política aumentaron durante el larguísimo cónclave en Viterbo. Gregorio X decretó que los electores debían estar recluidos, “cum clave” (bajo llave), hasta que se eligiera al nuevo papa. La intención era crear un ambiente totalmente aislado donde los cardenales pudieran concentrarse en su tarea, guiados por la voluntad de Dios, sin ninguna injerencia política o distracción. A lo largo de los siglos, varios pontífices han modificado y reforzado la normativa que rige el cónclave, haciendo hincapié en la importancia del secreto.

El papa más joven y el más viejo

El papa Juan XII tenía solo 18 años cuando fue elegido en 955. Los más viejos fueron Celestino III, elegido en 1191, y Celestino V, en 1294, con casi 85 años. Benedicto XVI tenía 78 años cuando salió elegido en 2005.

Un papa no cardenal y un papa no italiano

No es necesario que el papa sea cardenal, pero ese ha sido el caso durante siglos. El último en salir elegido sin este rango fue Urbano VI en 1378, que era monje y arzobispo de Bari.

Aunque los italianos han tenido un dominio absoluto sobre el papado durante siglos, ha habido muchas excepciones además de San Juan Pablo II (polaco en 1978) y Benedicto XVI (alemán en 2005) y Francisco (argentino en 2013). Alejandro VI, elegido en 1492, era español; Gregorio III, elegido en 731, era sirio, y Adriano VI, elegido en 1522, era holandés.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.