La Paz aislada por bloqueos en carreteras de seguidores del expresidente boliviano Evo Morales

Seguidores del expresidente boliviano Evo Morales se manifiestan en reclamo de que el dirigente indígena pueda competir en los comicios presidenciales de agosto, cerca del palacio gubernamental en La Paz, Bolivia, el miércoles 4 de junio de 2025. (AP Foto/Juan Karita)

Seguidores del expresidente boliviano Evo Morales se manifiestan en reclamo de que el dirigente indígena pueda competir en los comicios presidenciales de agosto, cerca del palacio gubernamental en La Paz, Bolivia, el miércoles 4 de junio de 2025. (AP Foto/Juan Karita)

LA PAZ, Bolivia (AP) — La ciudad de La Paz estaba aislada el lunes del resto del país en la segunda semana de bloqueos de carreteras realizados por seguidores del expresidente boliviano Evo Morales que demandan la renuncia del mandatario Luis Arce, lo que eleva la tensión política a menos de tres meses de las elecciones presidenciales.

Según testimonios de vendedoras, los cortes afectan el abastecimiento en los comercios de la ciudad, provocando el alza de los precios de la carne de res y del pollo, de alto consumo entre las familias bolivianas.

En tanto, los viajes de autobuses desde La Paz hacia el interior del país se encuentran interrumpidos debido a los cortes de rutas, indicó Iveliz Asturiaga, directora de la terminal terrestre.

Pedro Quispe, dirigente del gremio de los transportistas, dijo por su lado que “más de 500 vehículos” están varados en las carreteras.

Seguidores de Morales (2006-2019) mantienen tomadas desde hace días varias carreteras principales y han tenido enfrentamientos con la policía para presionar por la inscripción de su líder como candidato presidencial, después de que quedó fuera de los comicios presidenciales del 17 de agosto por un fallo del Tribunal Constitucional que declaró ilegal la búsqueda de un tercer mandato.

Algunos cortes fueron despejados por la policía con apoyo del Ejército durante el fin de semana.

Las protestas recalientan los precios de los alimentos, que se venían elevando desde hace meses por la crisis económica.

Arce reiteró el domingo que no renunciará. “Si eso resolviera los problemas ya nos hubiéramos ido”, dijo el mandatario, quien acusó a Morales -su antiguo aliado político—de presionar para que dimita. “Todo es parte del plan de Morales para volver a ser candidato”, acotó el presidente en declaraciones a los medios.

Los manifestantes también culpan a Arce de la crisis económica y la escasez de combustibles y presionan por la inscripción de Morales como candidato, que no lo ha logrado por carecer de un partido tras haber perdido —por otro fallo judicial— la dirección del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

Las protestas buscan “generar convulsión y atrasar las elecciones para facilitar el retorno al poder de Morales”, opinó la analista y exdiputada Jimena Costa.

El vocal electoral Gustavo Ávila afirmó por su lado que “las elecciones no se van a postergar”.

“Esta semana es decisiva”, dijo la víspera el exmandatario en referencia a los bloqueos.

El que fuera primer presidente indígena de Bolivia está atrincherado en su feudo cocalero del Chapare, en el centro del país, desde que la justicia ordenó su arresto hace nueve meses por negarse a responder por una denuncia de abuso a una menor cuando era mandatario.

Un total de 80 personas están detenidas, mientras que más de treinta resultaron heridas en las protestas, en su mayoría policías, según el gobierno, que presentó una querella contra Morales por presunto “terrorismo”.

A las protestas de los seguidores de Morales se suman otros sectores, como los transportistas y juntas vecinales, en contra de la escasez de gasolina y diésel y los altos precios de los alimentos.

La inflación acumulada de enero a mayo llegó a 9,81%, la más alta en más de una década, según el estatal Instituto Nacional de Estadística.

Diez candidatos están en carrera para los comicios, tres por el oficialismo — cada uno con distintos partidos— y siete por el centro y la derecha, que también concurre dividida.

Las encuestas anticipan una fragmentación del voto que impediría el surgimiento de un gobierno fuerte para encarar urgentes reformas para estabilizar la economía, dicen los analistas.