Un análisis documenta 14.000 millones de dólares en proyectos de energía limpia cancelados en EEUU
Más de 14.000 millones de dólares en inversiones en energía limpia en Estados Unidos han sido cancelados o retrasados este año, según un análisis publicado el jueves, ya que el mega proyecto de ley pendiente del presidente Donald Trump ha generado temores sobre el futuro del desarrollo de baterías domésticas, vehículos eléctricos y energía solar y eólica.
Muchas empresas están preocupadas de que las inversiones estén en peligro, mientras los republicanos de la Cámara de Representantes tramitan un proyecto de ley fiscal que eliminaría los créditos para energía limpia, dijo el grupo no partidista E2 en un análisis de proyectos elaborado con la consultora Atlas Public Policy.
Los grupos estiman que las pérdidas desde enero también han costado 10.000 nuevos empleos en energía limpia.
Los créditos fiscales, reforzados en la histórica ley climática aprobada durante el mandato del expresidente Joe Biden en 2022, son cruciales para impulsar las tecnologías renovables clave para la transición hacia la energía limpia. E2 estima que se han anunciado planes por valor de 132.000 millones de dólares desde que se aprobó la llamada Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), sin contar las cancelaciones.
En la práctica, el proyecto de ley aprobado por la Cámara la semana pasada deja sin efecto muchos de los incentivos de la ley. Los grupos de defensa denunciaron el impacto potencial que podría tener en la industria después de que se aprobara el paquete de exenciones fiscales de varios billones de dólares.
“El plan de la Cámara, junto con el enfoque del gobierno en acabar con la energía limpia y devolvernos a un país impulsado por el carbón y los devoradores de gas, está provocando que las empresas cancelen planes, retrasen sus planes y lleven su dinero y empleos a otros países”, afirmó Bob Keefe, director ejecutivo de E2.
El Senado está revisando ahora el proyecto de ley con una fecha límite informal del 4 de julio para llevarlo al escritorio del presidente.
Lo que se ha cancelado
Algunas de las cancelaciones más recientes incluyen la fábrica de baterías Kore Power en Arizona y el cierre de dos sitios de fabricación de vehículos eléctricos de BorgWarner en Michigan. Bosch suspendió una inversión de 200 millones de dólares en una fábrica de celdas de combustible de hidrógeno en Carolina del Sur, citando cambios en el mercado durante el último año en un comunicado a The Associated Press.
Los aranceles, las presiones inflacionarias, los problemas de las empresas incipientes y las bajas tasas de adopción de algunas tecnologías también pueden haber sido razones para que estos planes de las empresas cambiaran. Por ejemplo, los sectores de almacenamiento de baterías y vehículos eléctricos han visto el mayor impacto en 2025, y este último especialmente ha pasado por unos años difíciles. Varios proyectos impulsados por la IRA también fueron cancelados antes de 2025.
De los proyectos cancelados este año, la mayoría —más de 12.000 millones de dólares— se dieron en estados y distritos liderados por republicanos, según el análisis. Los distritos republicanos se han beneficiado más que los demócratas de una afluencia de desarrollo de energía limpia y empleos, dicen los expertos.
Georgia y Tennessee están particularmente en riesgo porque tienen fuertes inversiones en la producción de vehículos eléctricos y baterías, dijo Marilyn Brown, profesora de política energética en el Instituto de Tecnología de Georgia que no participó en el análisis.
“Si de repente se eliminan estos créditos fiscales, no estoy seguro de cómo van a continuar estos proyectos en curso”, señaló Fengqi You, profesor de ingeniería en la Universidad de Cornell que tampoco participó.
Un puñado de legisladores republicanos han instado a mantener los créditos fiscales para la energía, y algunos dijeron en una carta de abril al líder de la mayoría del Senado, John Thune, republicano de Dakota del Sur, que una derogación podría perjudicar al pueblo estadounidense y debilitar la posición del país como líder energético global.
Estados Unidos y el panorama global
El gobierno de Trump ha intentado desmantelar gran parte de la política ambiental y climática relacionada con Biden —lo que él llama la “nueva estafa verde” de los demócratas— retirándose nuevamente del acuerdo climático de París, revocando innumerables regulaciones históricas contra la contaminación e iniciativas ambientales, cuestionando hallazgos científicos que apoyan la acción climática, bloqueando fuentes de energía renovable y otras medidas, en un esfuerzo por reforzar una agenda de “dominancia energética estadounidense” liderada por combustibles fósiles.
Mientras tanto, otros países siguen adelante con inversiones verdes. El Parlamento Europeo se ha comprometido con el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono de la Unión Europea, una política destinada a prevenir la “fuga de carbono”, o que las empresas trasladen la producción a países donde las políticas climáticas son menos estrictas. Y la Organización Marítima Internacional se está moviendo hacia un impuesto global a las emisiones de dióxido de carbono sobre el transporte marítimo.
En una señal de que no toda esperanza está perdida para el futuro de las energías renovables en Estados Unidos, sólo en abril se registraron casi 500 millones de dólares en nuevos proyectos. La rama de energía de la empresa manufacturera japonesa Hitachi expandió sus operaciones de transmisión y electrificación en Virginia y la empresa de materiales y tecnología Corning invirtió en fabricación solar en Michigan.
Aun así, 4.500 millones de dólares en desarrollo fueron cancelados o retrasados el mes pasado, según el recuento de E2.
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El periodista de Associated Press Matthew Daly en Washington contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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