México responde a Trump y Trudeau con un plan para reducir importaciones de China

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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, da su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional, en Ciudad de México, el 2 de octubre de 2024. (AP Foto/Fernando Llano, Archivo)

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Ante las arremetidas del presidente electo de Estados Unidos y las inquietudes mostradas por Canadá, México está moviendo ficha. Quiere reactivar un plan para reducir las importaciones de China y ya hizo ajustes en sus propuestas para la extinción de organismos autónomos encargados de la competencia con el fin de intentar cumplir con el tratado de libre comercio norteamericano, el T-MEC.

Para algunos analistas, la efectividad de estos movimientos para bloquear las amenazas de Trump es incierta porque todavía no se sabe el alcance de los cambios legales, y la sustitución de importaciones es un proyecto complicado y a largo plazo.

Pero la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quiso insistir el viernes en un mensaje central. “Esta idea de que a través de México están entrando los producto chinos para llevarlos a Estados Unidos no es correcta”, subrayó.

México tiene un desbalance comercial cada vez mayor con China, de unos 80.000 dólares, dijo el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.

La principales compras están relacionadas con las telecomunicaciones pero el gobierno recuerda que la mayoría de las importaciones chinas las hacen empresas internacionales con operaciones en México, como armadoras de autos o electrodomésticos, o insumos en la producción de chips.

“Nosotros tenemos un plan, que está desarrollando el secretario de Hacienda con el secretario de Economía, con el objetivo de sustituir esas importaciones que llegan de China y la mayor parte producirlas en México, sea con empresas mexicanas o con empresas principalmente de Norteamérica” o de otros países, por ejemplo, europeos, explicó la mandataria.

El presidente electo Donald Trump asegura que México está sirviendo como una puerta trasera para que China venda bienes más baratos al mercado norteamericano y de ahí sus amenazas de imposición de aranceles y cierre de la frontera.

Esta semana Canadá se unió a estas preocupaciones. Algunos políticos canadienses pidieron al primer ministro Justin Trudeau negociar un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos que excluya a México y aunque Trudeau dijo el jueves que tener a México en el acuerdo “es mi primera opción”, dejó la puerta abierta otras alternativas.

Entre las inquietudes, hay temores por que algunas de las reformas constitucionales en marcha en México puedan poner en riesgo la independencia de la justicia o la libre competencia.

“Dependiendo de las decisiones y elecciones que México tome, podríamos tener que mirar otras opciones”, indicó el canadiense.

Según Ramírez de la O, la sustitución de importaciones ya se planteó en 2021 —en plena pandemia— e implicaría que toda Norteamérica comience a “hacer más de todo lo que compra de China y en general de Asia”, pero ahora “está cobrando fuerza”.

“Ya empecé a hablar con las 50 compañías que más cosas importan de diferentes países para decirle, explícame qué parte de esto podemos hacer en México y cómo te ayudo para que lo hagas en mi país”, dijo el jueves el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.

Y empresas tecnológicas como Intel o Foxconn, o automotrices como General Motors y Ford ya comenzaron a contestarle.

Ebrard puso los microchips como ejemplo de lo que se necesita fabricar en México y dijo que la empresa mexicana Claro tiene previsto comenzar a producirlos en 2025 aunque reconoció que “todavía no tiene los más avanzados”, lo que suscita dudas sobre su competitividad en el mercado.

Miriam Grunstein, académica asociada del Centro México del James Baker Institute de la Universidad Rice, consideró que el mayor peligro es que se “pueden encarecer enormemente los costos” por lo que es imprescindible un análisis detallado industria por industria antes de tomar decisiones.

Estados Unidos ya apostó por recuperar la producción de chips en su territorio, pero a pesar de haber gastado millones de dólares en subsidios e incentivos todavía enfrenta serios retos.

“Reducir la dependencia de las importaciones chinas no se va a lograr ni en el corto ni el mediano plazo”, recordó José María Ramos, profesor de Administración Pública en el Colegio de la Frontera Norte, de Tijuana.

Lo que se necesitaría, explicó el académico, es una política industrial activa para la creación de clusters en sectores que permitan hacer esta sustitución, con incentivos fiscales para la innovación; el desarrollo de proveedores locales para que puedan integrarse a las cadenas de suministro regionales; y con la mejora de infraestructura para que la logística funcione.

Y, hasta ahora, subrayó, lo que se ha hecho es “muy limitado”.

Además, es vital generar inversión privada, agregó, “y ahí es donde existen las dudas, la zozobra, la incertidumbre, la desconfianza, sobre todo a raíz de las últimas reformas (constitucionales) que se han implementado”.

Después de aprobar la polémica reforma judicial o los cambios en materia energética para privilegiar a las empresas estatales, el partido oficialista, Morena, ha ajustado parte de las leyes que extinguirán siete órganos autónomos para que los que regulan la libre competencia sean sustituidos por una nueva entidad.

Esa nueva institución no será autónoma del Ejecutivo pero sí tendrá “independencia técnica” e impedirá los monopolios, que es lo que exige el T-MEC, subrayó Ebrard. “Lo que se está haciendo es una reforma para hacerlo casi exactamente igual que está en Estados Unidos”, indicó.

Grunstein explicó que si bien es cierto que los organismos reguladores estadounidenses dependen del ejecutivo, en ese país no hay riesgo de que se beneficie a unos actores frente a otros porque hay muchos jugadores en el mercado.

Sin embargo, en México hay concentración en algunos sectores y el peligro es que la nueva entidad pueda quedar sometida a intereses políticos. Precisamente por eso, hace una década se se optó porque esas instituciones fueran independientes del gobierno.

“Si es una autonomía técnica de papel, son inservibles”, indicó la académica. Eso se comprobará cuando se aprueben las leyes secundarias que regularán el funcionamiento de los nuevos organismos. “Si están capturados, no se cumplen los requisitos del T-MEC”, agregó.