Elon Musk afirma que él y Trump tienen el “mandato para eliminar” regulaciones

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El director general de Tesla y SpaceX, Elon Musk, y el expresidente Donald Trump durante un evento de campaña, el 5 de octubre de 2024, en Butler, Pensilvania. (AP Foto/Alex Brandon, File)

Al elegir al multimillonario Elon Musk como “nuestro recortador de costos” para el gobierno de Estados Unidos, el virtual presidente electo Donald Trump no será el primer mandatario estadounidense en darle poder a un magnate empresarial para busca la manera de reducir drásticamente las regulaciones federales.

El presidente Ronald Reagan nombró a J. Peter Grace para encabezar una comisión de reducción de costos burocráticos en 1982. Sin embargo, el magnate de la industria química tenía menos conflictos de interés de los que actualmente enfrenta el hombre más rico del mundo.

SpaceX, una de las compañías de Musk, tiene contratos por miles de millones de dólares con la NASA. Es el director general de Tesla, una empresa de automóviles eléctricos que recibe incentivos fiscales del gobierno y está sujeta a normas de seguridad automotriz. Su plataforma de redes sociales X, la startup de inteligencia artificial xAI, el fabricante de implantes cerebrales Neuralink y la compañía de construcción de túneles Boring se entrelazan todas de alguna manera con el gobierno federal.

“Hay conflictos directos entre sus negocios y los intereses del gobierno”, señaló Ann Skeet, directora de ética de liderazgo en el Centro Markkula de la Universidad de Santa Clara. “Ahora (Musk) se encuentra en una posición en la que puede tratar de obtener beneficios para esas empresas”.

Musk también es más influyente. Luego de haber invertido alrededor de 200 millones de dólares a través de su comité de acción política para ayudar a elegir a Trump, se ha convertido en una figura habitual en Mar-a-Lago desde las elecciones presidenciales y mantiene un diálogo constante con políticos afines, desde el presidente de Argentina, Javier Milei, hasta la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

Trump ha dicho que Musk y el excandidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy estarán al frente de un nuevo “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, o DOGE, —un nombre de broma que hace referencia a la criptomoneda Dogecoin y apela al sentido del humor de Musk.

“Finalmente tenemos un mandato para eliminar la montaña de sofocantes regulaciones que no sirven al bien común”, dijo Musk el miércoles en X.

Trump ha dicho que Musk y Ramaswamy trabajarán desde fuera del gobierno para ofrecer “asesoría y orientación” a la Casa Blanca y trabajarán en colaboración con la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca para impulsar una reforma estructural —parte de la cual sólo podría realizarse a través del Congreso.

“Si es una comisión, es externa al gobierno” y Musk no podría tener una oficina en la Casa Blanca ni un título oficial del gobierno, dijo Richard Painter, un abogado de ética de la Casa Blanca durante el gobierno de George W. Bush. “Entonces, el presidente toma el consejo o no”.

Si fuera una verdadera agencia gubernamental, sin embargo, Musk infringiría las leyes federales de conflicto de intereses a menos que se desvincule de sus negocios o se recuse de los asuntos gubernamentales en los que sus empresas están involucradas, dijo Painter.

Trump podría otorgar una inusual exención que exima a Musk de esas leyes, una medida que ha sido impopular entre las esferas políticas en ocasiones anteriores, dijo Painter.

Tesla, SpaceX y X no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre si Musk se recusaría. El equipo de transición de Trump tampoco respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

Sin importar la estructura, se tiene previsto que las ideas de Musk tengan influencia.

Regulaciones a la seguridad automotriz

Tesla, la compañía de vehículos eléctricos que hizo de Musk la persona más rica del mundo, ha tenido repetidos enfrentamientos con la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA por sus iniciales en inglés), la cual está encargada de regular la seguridad vehicular. Por lo tanto, cualquier recorte en el financiamiento o el personal de la dependencia podría ayudar a Tesla.

La agencia ha obligado a Tesla a realizar llamados a revisión que la compañía no quería, y ha iniciado investigaciones en torno a los vehículos de Tesla, algunas de las cuales plantearon dudas sobre las afirmaciones de Musk de que Tesla está cerca de desplegar vehículos autónomos sin conductores humanos. La agencia también trabaja en regulaciones que abarcan la automatización de vehículos.

A los partidarios de la seguridad automotriz les preocupa que un Departamento de Eficiencia Gubernamental en el que Musk sea codirector pueda proponer recortes draconianos en la NHTSA.

“Eso podría ser sumamente problemático porque eso afectaría a toda las reglamentaciones de todas las agencias que actualmente supervisan a las compañías que Musk posee”, dijo Michael Brooks, director ejecutivo del Centro para la Seguridad Automotriz, un grupo de supervisión sin fines de lucro.

De implementarse, el plan de Musk para que la NHTSA sea más eficiente podría ser muy similar a lo que hizo cuando tomó el control de Twitter: recortes drásticos de personal, dijo Missy Cummings, directora del centro de autonomía y robótica de la Universidad George Mason y exasesora de seguridad de la NHTSA.

Si bien Cummings admite que hay margen para que buena parte del gobierno federal sea más eficiente, destacó que la NHTSA ya cuenta con poco personal actualmente y predijo que Musk intentaría ralentizar o detener las investigaciones de la agencia o incapacitarla para que pase problemas al momento de hacer cumplir las regulaciones.

“Simplemente la dejaría como una sombra de la agencia que fue”, puntualizó. “Todo su trabajo sería transmitir comerciales para recordarle a la gente que use el cinturón de seguridad”.

Exploración espacial

Con vuelos de prueba desde el sur de Texas, el mega cohete Starship de SpaceX es cómo la NASA planea mandar astronautas a la luna por primera vez en más de medio siglo. La NASA le ha otorgado más de 4.000 millones de dólares a SpaceX para los dos primeros alunizajes tripulados, los cuales se realizarán esta misma década como parte del programa Artemis. Musk ha estado en desacuerdo con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus iniciales en inglés) por frenar el programa de Starship, argumentado que hay una burocracia excesiva.

SpaceX también ha acumulado múltiples contratos con la NASA durante la última década para el envío de suministros y astronautas a la Estación Espacial Internacional. Tan sólo los contratos para vuelos tripulados de 2020 a 2030 suman 5.000 millones de dólares.

Apenas en junio, la NASA otorgó un contrato de 843 millones de dólares a SpaceX para proporcionar el vehículo para sacar de órbita a la Estación Espacial Internacional al final de su vida útil, a principios de 2031, enviándola a un reingreso a la tierra sobre el océano Pacífico.

SpaceX también tiene varios contratos con el Departamento de Defensa, algunos de ellos confidenciales y de los que se dicen que valen miles de millones de dólares. Además, el Pentágono ha adquirido servicios de internet en Ucrania de la constelación Starlink de SpaceX. La versión militar de Starlink lleva el nombre de Starshield.

Redes sociales e inteligencia artificial

La plataforma de redes sociales X es otra empresa de Musk que ha estado bajo el microscopio de los reguladores federales. La Comisión Federal de Comercio (FTC por sus iniciales en inglés) ha investigado el manejo de Musk de datos sensibles de los consumidores después de que asumió el control de la compañía en 2022, aunque no ha emprendido acciones para su cumplimiento. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC por sus iniciales en inglés) realiza actualmente una investigación sobre la compra de la X.

Musk ha sido contundente con sus opiniones políticas en la plataforma, alterando sus reglas, sistemas de moderación de contenido y algoritmos para que se ajusten a su visión del mundo. Después de que Musk expresó su respaldo a Trump después de un intento de asesinato al expresidente a mediados de este año, la plataforma se ha transformado en una plataforma para la campaña de Trump, ofreciendo un nivel de publicidad gratuita sin precedentes cuyo valor es prácticamente imposible de calcular.

Es probable que el enorme interés de Musk en la IA también juegue un papel. El magnate está en el proceso de construir una supercomputadora de IA en Memphis, Tennessee, para su startup xAI.

Pero las organizaciones ambientalistas han expresado sus preocupaciones sobre la contaminación que generarían las turbinas de gas de la instalación y su carga sobre la red eléctrica local, lo que ha llamado la atención de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus iniciales en inglés).

La instalación está ubicada cerca de vecindarios predominantemente negros que durante años han tenido que lidiar con la contaminación y los riesgos a la salud de fábricas y demás instalaciones industriales.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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